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17-06-2009
SE ABRIO LA PUERTA DEL SANATORIO
Después de ocho años de estar cerrado por la quiebra, el empresario Eduardo Beraza tomó posesión de una parte del edificio.
Cuando la puerta se abrió fue como un túnel del tiempo. De a poco comenzaron a aparecer las imágenes que parecían olvidadas, pero que a medida que se sucedieron volvieron a ser familiares. El retrato de la entrada, los pasillos, las habitaciones, las camas, los equipos; todo de regreso.

Fue como si en pocos minutos se hubiese producido un retroceso de ocho años. Allí estaban los lugares donde generaciones de albertinos sufrieron, se aliviaron, vinieron, se fueron.

El empresario Eduardo Beraza tomó posesión de la parte “vieja” del Sanatorio Vaccarezza que le adquirió a la quiebra. Ayer decidió abrir las puertas después de ocho años y mostrarlo…

Y allí estaba, oscuro, silencioso, histórico, nostálgico… No es un edificio más, no resulta tan sencillo abstraerse en su interior de las historias mínimas vividas en esas paredes.

Una simple recorrida provoca el inevitable retroceso en el tiempo. Aparecen imágenes fugaces de pequeños o grandes momentos, malos o buenos… Cada lugar representa una situación, un recuerdo asociado a alguien.

“Este es el lugar donde atendía… “Acá estaba el office de la enfermeras”. “Acá naciste vos”. Fueron algunas de las tantas frases que aparecieron en el recorrido y que denotan una familiaridad que a pesar del tiempo no se perdió.

No todo está como era entonces. El tiempo le pasó, el edificio sufrió la falta de mantenimiento. Pero ese panorama contrasta con algunas cosas que quedaron allí como testigos de un cierre repentino, como la capilla, cuyas imágenes siguen siendo protectoras.

Está lo que quedó, lo que dejaron. Y mucho de lo que no se utilizó tiene que ver con medicamentos, suero y otros insumos que hubiesen resultado de mucha utilidad si el juez que decretó la medida hubiese previsto su utilización en el hospital.

Se abrió la puerta del Sanatorio Vaccarezza. Su propietario no quiso revelar cuál será el proyecto que desarrollará en ese lugar. Un lugar que fue testigo mudo de medio siglo de historia de la salud albertina.












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