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| 30-11-2008 |
| PROYECTO E HISTORIA DE VIDA |
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Un matrimonio de Santa Rosa contó su historia con tres hijos con capacidades diferentes. |
En el salón de Cámara de Comercio, Elga Elliff presentó un proyecto sobre discapacidades que desarrolló con sus alumnos en un taller extraescolar y a su vez invitó al matrimonio de Ana y Mario para que cuenten su historia con tres de sus ocho hijos con síndrome de down.
“El proyecto era para que los chicos tomen consciencia. Trabajé con chicos de secundaria con información sobre el síndrome de down, pero el objetivo principal fue apuntar a las actitudes respecto de las discapacidades”, contó la coordinadora del taller de aprendizaje estratégico.
De la exposición también participaron Ana y Mario, un matrimonio que reside en Santa Rosa, provincia de La Pampa. Ellos son papas de ocho chicos, tres de ellos con síndrome de down que llegaron a la familia por el camino de la adopción y no por vía biológica. “Lorena, la mayor, tiene 17 años; Alejandro, 10 años, y Tobías un año y medio. Fue una adopción compartida porque no sólo nosotros le abrimos la puerta a Loly, sino que ella nos adoptó a nosotros. Fue un trayecto natural” contó Mario.
¿Qué cambió en el hogar?
ANA – Todo, es un antes y un después de una persona con discapacidad. Digo persona porque nadie está a salvo, no es que uno quiera que pase, pero nadie está exento de tener un discapacitado en casa sobretodo por cómo se exponen los jóvenes a la velocidad. A partir de ellos uno ve la vida desde otro punto de vista, si bien es cierto que todos somos prójimos pareciera que hay algunos más prójimos que otros. Tanto para las autoridades como para los estamentos escolares, curriculares y demás. Por eso uno tiene que luchar mucho para que estos chicos tengan el derecho a vivir dignamente, que por nacimiento lo tendrían, Lamentablemente la sociedad excluye, sobre todo las discapacidades mentales.
Han pasado muchos años de la primera hija que llegó al hogar. ¿Notaron avances?
MARIO – Sí, por supuesto. Lo que nos ayudó a cambiar la mirada inicial fue proponernos hacer algo por ella. Resulta que terminamos recibiendo muchísimo más de lo que uno espera en el cálculo previo. Creemos que los cambios que se han dado han sido para mejor porque terminan incidiendo no sólo en la relación con la persona con discapacidad sino en todo el grupo familiar.
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