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19-10-2008 |
LO TUVO TODO A SU FAVOR PARA GANAR |
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El equipo visitante consiguió una hazaña al aguantar el partido con dos hombres menos e igualarlo en el final. |
El partido que igualaron San Lorenzo e Independiente 1 a 1 en el estadio Juan Manuel Sasso se puede analizar desde el punto de vista de lo que significó para el equipo local y desde la óptica de la visita. Para San Lorenzo el resultado del partido fue un sinsabor, para Independiente de Junín una hazaña.
El equipo que conduce Roberto Coronel tuvo todo a su merced para ganar el encuentro por amplia diferencia en el complemento y no encontró los caminos. El juego se abrió para San Lorenzo con la expulsión del volante central de Independiente cuando faltaban pocos minutos para concluir el primer tiempo. Una primera parte donde el equipo local sufrió tres opciones claras de gol que significaron sólidas respuestas del arquero Bibini. Independiente se mostró muy audaz en su propuesta y beneficiado por el fuerte viento a favor que condicionó el juego de San Lorenzo.
En la segunda mitad con un hombre más, el técnico Coronel decidió armar una delantera con tres hombres con el ingreso de Joaquín Moreno. Minutos después el delantero le dio la apertura del marcador al conjunto local al empujar un pase de Hernán Gorga.
Con el gol llegó la tranquilidad, el control del juego y la desesperación del rival. En tanta confusión cayó Independiente que comenzó a culpar al árbitro y a sus asistentes del dominio que ejercía San Lorenzo, a tal punto el visitante exacerbó los reclamos que el árbitro expulsó al arquero y podían haber dejado el campo algunos jugadores más. Hubo una serie de disturbios que detuvieron el partido por varios minutos, el arquero no se quería retirar del campo de juego ni siquiera inducido por sus compañeros y seguía protestando a tal punto de querer agredir al árbitro.
Cuando la situación se normalizó, siguió el juego. Independiente rearmó sus líneas y San Lorenzo tomó el control de la pelota y del campo. Con la iniciativa no supo doblegar a la defensa visitante que se había replegado con todos sus hombres en su área. Los minutos corrían y el segundo gol no llegaba. La impaciencia se notaba, a tal punto que el único jugador de punta que había dejado Independiente comenzó a complicar a la defensa local.
De tal manera hizo daño el delantero de Independiente que provocó varias infracciones cerca del área, consiguió la expulsión por doble amarilla de Maximiliano Ahumada y ganó un tiro libre sobre el final del partido que se transformó en el empate y la hazaña para los visitantes.
El semblante de los jugadores cuando concluyó el encuentro lo decía todo, mientras los de Independiente se mostraban eufóricos y celebrando el empate como una victoria, a los de San Lorenzo se les dibujaba una mueca de insatisfacción por la oportunidad que dejaron pasar jugando de locales. Esa imagen fue muy parecida a la que exhibieron cuando concluyó el encuentro con Origone, y siete días después la lograron revertir. El próximo domingo tienen esa posibilidad en la cancha de Independiente.
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