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22-01-2008
NO VOY EN TREN, TAMPOCO EN AVION
Siguen los problemas con el servicio de pasajeros que pasa por la estación Vaccarezza.
El miércoles de la semana pasada el tren pasó en el horario establecido por la Estación Andrés Vaccarezza pero cuando llegó a Mercedes la locomotora diesel sufrió un desperfecto y los pasajeros no pudieron continuar el viaje, debieron llegar al lugar del destino en micros o en los trenes de la empresa TBA. Por contar con una sola máquina para llevar y traer la formación de vagones de pasajeros en la ex línea Sarmiento el servicio fue suspendido hasta el viernes por la tarde, que se consiguió una locomotora prestada de la línea General Roca para cumplir el recorrido.

Al día siguiente, minutos antes que partiera la formación de la Estación Once de Septiembre a la altura de Haedo la locomotora se incendió producto de un cortocircuito eléctrico en el motor que demoró la salida más de tres horas.

Viajar en los trenes de pasajeros se ha vuelto una odisea. Los que utilizan el servicio deben resignarse a las demoras, el mal estado de los coches y hasta corren el riesgo de quedar varados a medio camino.

Desde la privatización de los ferrocarriles en 1989 el servicio de traslado de pasajeros entró en decadencia. En lo que respecta al recorrido que se cumple entre la Estación “11 de septiembre” y la ciudad de Pehuajó ha sido progresivo el empobrecimiento del servicio. Los primeros años después de que el gobierno concesionó el corredor ferroviario y que el estado a través de una unidad ejecutora tomara los trenes de pasajeros, la frecuencia de los servicios empezó a disminuir a tal punto que hoy hay sólo un tren que pasa por la mañana y regresa a la noche trasladando a la gente. Antes, tres formaciones pasaban por día en distintos horarios.

Ese único servicio de pasajeros tiene disponible para esa prestación, una sola máquina que cumple un trazado diario de unos seiscientos kilómetros de vía con un mantenimiento mínimo una vez a la semana.

El Estado les paga un canon a las empresas concesionarias de las vías para que en tren de pasajeros haga el recorrido. Desde que el gobierno nacional transfirió, mediante el decreto 532, a las provincias los ferrocarriles y Buenos Aires optó por hacerse cargo del servicio de pasajeros, el estado provincial le paga un peaje a la empresa para utilizar lo que antes eran sus vías.

La provincia de Buenos Aires constituyó para tomar el servicio de pasajeros una Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial (UEPFP) con el fin de asegurar el traslado de la gente que tiene al tren como único medio de movilidad.

La privatización de los ferrocarriles se apoyó en dos conceptos: suprimir el déficit que generaban y la necesidad de modernizar el sistema. Ninguno de los dos objetivos se ha conseguido por lo menos en lo que respecta a los trenes de pasajeros. El mal funcionamiento de los trenes de pasajeros viene provocando y cada vez con mayor profundidad, el aislamiento del interior de la provincia de Buenos Aires.

El panorama se completa con una clausura posterior a las concesiones de un 75 por ciento de la red de ferrocarriles, con la excusa de que las vías no estaban en buen estado o el servicio no era comercialmente redituable. Casi 900 estaciones del interior de la provincia de Buenos Aires fueron cerradas, las playas de maniobras prácticamente abandonadas y el material se utiliza en algunos casos para reparar otros sectores.
Viajar en tren es lo más económico. Un boleto en clase turista representa un porcentaje mínimo respecto del valor que se abona para trasladarse en ómnibus y hay un costo menor importante respecto si se elige un mini-bus.

Ante la diferencia de precios que hay entre los medios de transporte, las opciones no son muchas para aquellos que deben trasladarse con escasos recursos o para quienes deben cubrir determinadas distancias todos los días para presentarse en el trabajo o el estudio. El tren de pasajeros es la opción más barata, no la más segura.
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