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26-06-2010 |
RECONOCIMIENTOS A DOCENTES |
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El Club La Candela por intermedio de su biblioteca agasajó a Juan Francisco Recalde, Mary Juliá y Lidia Daffonchio por el aporte que hicieron a la educación. |
En el marco del trigésimo sexto aniversario del Club La Candela la biblioteca Leonildo Praglia les hizo un reconocimiento a 3 personas que desde distintos lugares han hecho su aporte a la educación y la cultura albertina.
En primera instancia fue el presidente del Club quien agasajó a Juan Francisco Recalde. Casas habló del curriculum de quien ejerciera muchos años como profesor de dibujo y que entró a la educación recibiéndose de maestro en la Escuela Normal Nacional de Mercedes. A la par de su carrera docente nunca dejó de lado su vocación de pintor y de dibujante, fue escenógrafo en obras de teatro y siempre trató de mancomunar la actividad docente con la artística.
Recalde recibió un pergamino de reconocimiento y obsequio de parte de la comisión. Después el maestro agradeció la distinción y destacó la importancia que tiene una biblioteca en la vida de las personas a la vez que hizo un repaso de la historia de la imprenta que permite que hoy la gente tenga acceso a los libros.
Iris Carbone fue la encargada de agasajar a Mary Juliá de Lasa, una maestra que se volcó a la enseñanza de la música porque desde los 6 años ya tocaba el piano. Juliá fue autora de la música de canciones propias y de cuentos que los convertía en verso, le puso música al tema que hizo Leonildo Praglia para los 100 años de la Parroquia de Alberti y fue la creadora junto a Celeste López del Himno a Alberti. Iris Carbone destacó que el piano de Juliá que le regaló su madre cumple 100 años y que su pasión por la música tiene la raíz en su padre que fue violinista en la década del 30 de una de las orquestas más importantes de la época.
Después de recibir el pergamino y un ramo de flores, Mary Juliá agregó que durante muchos años cantó en latín en los funerales en la Iglesia y tuvo el Coro Santa Cecilia, además de tener innumerables piezas musicales creadas en su piano.
El tercer reconocimiento fue para Lidia Daffonchio y se lo hizo Marcela Scelza. De la agasajada se destacó su trabajo en la docencia siendo maestra rural y pasando por la Escuela Nº 4, lugar en el que supo “conducir y prestigiar la institución escolar”. Por lo que el Club La Candela le agradeció su labor educativa, desarrollada con “innegable vocación y con el convencimiento de que la tarea de enseñar es verdaderamente transformadora”.
Lidia Daffonchio luego de recibir la distinción habló del entusiasmo con el que siempre encaró su vocación docente, resaltando que con ese impulso se puede construir lo impensado.
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