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19-04-2011
PAREDES PINTADAS
Un grupo de menores pintó las paredes de la estación del ferrocarril. Este tipo de actos hace que el edificio pierda su encanto a partir de que las inscripciones afean su fachada y es muy poco probable que se invierta dinero en recuperarla.
El viernes por la noche, una vez que pasó el tren rumbo a Bragado, un grupo de menores de edad se quedó en la estación de ferrocarril para pintar inscripciones. Lo hicieron en la parte de atrás del edificio y en un sector lateral.

La persona que vive en la estación contó que con frecuencia van chicos que se instalan en el andén, en el edificio y en el ombú que está detrás, y pasan varias horas quedándose hasta la madrugada.

La estación como otros lugares públicos es objeto de daños. Más allá de que los chicos quieran expresarse ese no es el ámbito para hacerlo tomando como referencia que la estación del ferrocarril tiene un valor patrimonial que se debería cuidar.

En más de una oportunidad se habló de los vidrios rotos en la sala de espera de la estación. En este caso hay que señalar lo que sucedió con las pintadas en las paredes. Este tipo de actos provoca que el edificio pierda su encanto a partir de que las inscripciones afean su fachada y es muy poco probable que se invierta dinero en recuperarla.

Los frecuentes daños que se producen en los espacios públicos permiten establecer una nómina de cuáles son los lugares más vulnerables. Son aquellos que con mayor frecuencia aparecen dañados y la estación del ferrocarril es uno de esos ámbitos.
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