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12-05-2014
OMAR ZACCARDI: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADIO DE FUTBOL
Trabajó junto a Juan Manuel Sasso y un grupo de gente para que ese lugar que era un basural se convierta en la cancha de fútbol.
Julio Zacardi tiene una memoria prodigiosa que le permite recordar con mínimos detalles cómo se fue armando la Liga Albertina de Fútbol y de qué manera logró tener su cancha que hoy se denomina estadio Juan Manuel Sasso. “Cada vez que paso por el estadio siento mucha satisfacción porque nuestro grupo trabajó muchísimo para que el fútbol de Alberti tuviera su lugar, más contento estoy porque se siguió trabajando. Cuando nosotros arrancamos el presidente de la Liga era Luengo, el jefe de la estación, y estaban Galesio, Romani, Las reuniones se hacían en el local que era de Juventud Unida donde ahora hay una mueblería, en la avenida Vaccarezza. Me invitaron a participar de la Liga, yo venía de Chivilcoy y me gustaba mucho el fútbol. Después la Liga se trasladó enfrente, al lado del Partido Justicialista, y al año siguiente se vendió la cancha del Club Feba y Juventud Unida decidió hacer la pileta, por lo que Alberti se quedó sin canchas. Sólo se jugaba en la cancha de Defensores, cerca de la Plaza de las Américas. Luego ese predio salió a remate, por lo que cuando se dejó de jugar ahí la Municipalidad le cedió a la Liga la esquina donde está ahora ubicada la cancha. Ese lugar era un basural, ahí se depositaban todos los residuos del pueblo. Tenía un zanjón que lo atravesaba y llegaba hasta la laguna del parque, era de 2 o 3 metros de ancho. Con una motoniveladora se emparejó la basura, ahí había mucha carbonilla de los hornos de ladrillo. Quiere decir que la base de la cancha fue un basural”.

¿Cómo se fue rellenando?

-Le pedimos tierra con Roberto Peralta al padre de Jorge Delaunay, que tenía el campo donde hoy están los silos. A través de Horacio Rossi logramos que nos donara esa tierra. Pero como no había máquinas, fuimos con Juan Manuel Sasso a hablar con el director de Vialidad a Chivilcoy para conseguir una máquina que nos permitiera sacar la tierra y depositarla sobre el predio. En ese tiempo se estaba haciendo el pozo donde se ubica el tanque de agua, era la época de Villa. Me encontré con un amigo en la puerta del Hotel España que nos conocíamos de Independiente de Chivilcoy, le pregunté qué hacía en Alberti y me dijo que había venido a trabajar con un tracto cargador a sacar tierra de ese pozo. Porque antes las sacaban con carretilla, y se mató un operario. Cuando nos enteramos fuimos a averiguar y resultó que la máquina venía para cancha y la habían derivado para la obra. Volvimos a hablar con el director de Vialidad que no nos creía porque consideraba que nosotros estábamos de acuerdo con la Municipalidad para que el equipo vaya al tanque y no a la cancha, como habíamos acordado. Después de ese episodio Villa trajo un tracto cargador. Cuando iba a empezar el rellenado un empleado de la Municipalidad que vivía enfrente utilizó la tierra para la calle de él y para el parque, por lo que otra vez se demoró la cancha.

¿Demasiados contratiempos?

-Después de todo eso, la tierra se amontonó en el predio y después la desparramamos. Pero no fue nada fácil emparejarla, tuvimos que hablar de nuevo con Vialidad para que nos mandaran las máquinas y de esa manera pudimos nivelar el terreno. El primer año se jugó el Torneo con un hilo de alambre.

¿Cómo se cerró?

-Conseguimos publicidad para comprar los materiales y con Juan Manuel Sasso fabricamos en el corralón los postes para hacer el alambrado perimetral. Los hacíamos con unos moldes de madera, preparábamos el pastón con la pala y el hierro de adentro lo conseguimos por intermedio de la usina que nos daba las columnas que se rompían, nosotros a mazazos tuvimos que sacar el hierro para armar el esqueleto. También hicimos los bancos de cemento.

¿Cómo se construyó el resto?

-Con el producido por el remate de la cancha de Defensores hicimos las boleterías, los vestuarios y la secretaría. Cuando Alfredo Cavagnaro fue intendente se hicieron muchas cuadras de asfalto y las empresas como donación al intendente le ofrecieron hacer una entrada de cemento al campo, Alfredo la rechazó y la cedió para que se hiciera un playón multiuso. Es una copia de uno que se hizo en Necochea, donde se patinaba por afuera y se podía jugar al tenis, al básquet y al voleibol. Los primeros vestuarios son una copia del viejo Gasómetro y las medidas de la cancha, 105 por 72 metros, las sacamos de la cancha de Ferro. Después la tuvimos que achicar porque no nos cedieron todo el lugar.

¿Qué equipos jugaban?

-Estaban Juventud Unida y Feba, después empezamos a insistir para que surgieran clubes y se fundaron Yugny, San Martín y La Candela. También San Lorenzo, con pocos años de diferencia. Invitamos a Mom y Plá.

¿Cómo llegó la iluminación?

-Me acuerdo que para el primer partido con luz artificial se hizo un cuadrangular. Con anticipación el encargado de la usina nos colocó un trasformador a la altura de la cancha que nos permitió mucho tiempo después contar con la iluminación.

¿Quiénes trabajaron en el proyecto de la cancha?

-Me acuerdo de Yacometti que era el canchero, Caggiano con su taller, los hermanos Tonello. Estaban Nuñez, Manzi, Contreras, Mussi, Viñales, había mucha gente que trabajaba, pero quienes encabezábamos éramos Sasso y yo.

¿Cuál fue la satisfacción más grande como dirigente?

-Que se siguió con la cancha, yo no pude continuar después de que falleció Juan Manuel Sasso. Me acuerdo que me pasaba a buscar en tiempo de verano a las 4 de la mañana para ir a cortar el pasto. Y yo lo cargaba, le decía que el que moría primero iba a tener el nombre en la cancha. El tuvo un gran reconocimiento por lo que hizo con los chicos.
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