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21-05-2014 |
CRIOPRESERVACION |
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Mediante este proceso las células son congeladas y la vida del organismo queda en “stand by”. |
A determinadas temperaturas, cualquier actividad biológica, incluidas las reacciones bioquímicas que producirían la muerte de una célula, quedan efectivamente detenidas. Ello es el fundamento de la criopreservación, que es un técnica por la que las células o tejidos son congelados a muy bajas temperaturas, generalmente entre -80 ºC y -196 ºC para disminuir las funciones vitales de una célula o un organismo y poderlo mantener en condiciones de vida suspendida por mucho tiempo.
Normalmente para preservar una muestra biológica durante el mayor tiempo posible sin que pierda su calidad se utiliza nitrógeno líquido. De esta manera sumergiendo la muestra en nitrógeno se alcanzan temperaturas entre -80 y -195,79 ºC (la temperatura de ebullición del nitrógeno líquido).
La importancia de esta técnica radica en que la congelación no destruye los tejidos. Con esto se consigue que la célula que decidimos conservar se mantenga en una condición tal que permite su viabilidad una vez revertido el proceso. Así se pueden almacenar distintas camadas celulares durante largos períodos.
Entre las células humanas que pueden conservarse están las muestras de semen que servirán para poder intentar una inseminación artificial, las células hematopoyéticas, obtenidas de médula ósea, de sangre periférica o de cordón umbilical, que se han convertido en un recurso indispensable en la hemato-oncología moderna; y la criopreservación de embriones.
Mientras que para los animales, ésta técnica es utilizada para congelar material genético y evitar la extinción de animales como el cóndor de California, la gacela africana, el ciervo ibérico o plantas endémicas de Europa.
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