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26-06-2014
HÉCTOR HIRIART: CON ALMA DE DIRIGENTE
Tiene un recorrido dentro de grupos de trabajo que comenzó en la Acción Católica y recaló en distintos ámbitos sociales.
“Estuve en todas las cooperadoras de los jardines y las escuelas en las que estuvieron mis hijas. Pasé por La Candela, la Cámara de Comercio. Comencé en la Acción Católica, soy de la escuela de Pedro Arruvito. Era muy fuerte la Acción Católica, realizábamos encuentros con otras ciudades. No hubo chico en aquella época que no pasara por la Acción Católica”, expresó Héctor Hiriart, quien tiene una amplia experiencia participando en instituciones intermedias y proyectos relacionados con el deporte y la cultura.

¿Cuándo empezaste en la Acción Católica?

-Fui a un pic-nic en el kilómetro 200 de la ruta 5. A ese campo nos llevó el camión de la YPF. Esa fue mi primera experiencia, fue a los 8 o 9 años. Pasé luego la etapa de aspirante, y a los 12 o 13 años ya tenía un grupo a cargo. Me acuerdo que Pedro Arruvito había dividido el pueblo en sectores a los que había designado con el nombre de vírgenes, y nosotros teníamos el de la Virgen Inmaculada en la casa de Juan Francisco Recalde, con su hijo éramos los que trabajábamos.

¿Qué pasó después?

-Comenzamos a trabajar en los primeros festivales de folklore que eran una copia de lo que se hacía en Cosquín. Los festivales en Alberti se hacían donde está el Centro Cívico, venían delegaciones de otras ciudades. Después los hicimos frente a la Escuela Nº 1, donde estaba la chimenea del Molino. Vinieron Los Fronterizos, Los Cantores del Alba, Los del Suquía, Coco Díaz y Jorge Cafrune. Fue en el apogeo del folklore. Pedro traía la receta del festival de Cosquín, a mí me tocó ir al tercero cuando la plaza era de tierra y se armaba para el espectáculo. Fue el primer campamento que hice con Pedro en Córdoba.

¿No estaba la Casa de Piedra?

-No, al poco tiempo que se compró la casa yo me alejé. Tenía 20 años y trabajaba en la Acería Bragado. No sé por qué me fui de la Acción Católica. Dejé un tiempo sin participar, hasta que mis hijas comenzaron el jardín.

¿Estuviste vinculado a la Liga Albertina de Fútbol como entrenador de una categoría infantil?

-En ese tiempo empecé a participar en La Candela, por un campeonato comercial. En el barrio hicimos un equipo, y de ahí comencé a jugar en La Candela, mi hicieron socio e ingresé a la comisión. Esto fue en la década del 80. Lo de la Liga llegó por el Torneo de Juventud, teníamos un equipo que se llamaba Electricidad El Vasco. Lo conocí a Copelo Bassi, él fue el que me llevó a trabajar con los chicos. Fueron los últimos tiempos del fútbol infantil.

¿Te acordás quien era el presidente de La Candela?

-Bottaro, el que me llevó fue “Pirucho” Bañiz. Estaban todos los próceres de La Candela. Estuve más de 20 años, fui jugador, director técnico, delegado y dirigente. Ese tiempo fue en 2 o 3 etapas. Suelo apartarme cuando no estoy de acuerdo con algo, no quiero confrontar.

¿En qué instituciones educativas trabajaste?

-En el Jardín 901, después en la Unión de Padres del Colegio Virgen Niña, ahí estuve 14 años, de los cuales 7 fui presidente. Estuve en la Escuela de Comercio, fui el primer presidente del Centro de Educación Física Nº 68 que cumplió 25 años en 2013.

¿Y el teatro vocacional?

-Empecé con teatro vocacional con Pedro Arruvito, después hice Esperando La Carroza con Gustavo Manzi. Y lo último fue para el centenario de la Escuela Nº1, fui parte de la comisión de los festejos.

¿Cómo llegás a la Liga de Voleibol?

-Fue un proyecto de Claudio Pulero. Y como en ese momento en La Candela estábamos muy fuertes, y nos animábamos a tomar los proyectos que otros no hacían. En el primer año, entró Juventud Unida con los varones y nosotros con las mujeres. A las primeras reuniones íbamos a Pergamino. Después nos encargamos con La Candela de todos los equipos, hasta que los costos económicos hicieron que desistiéramos de continuar.

¿Qué pasa que la gente no participa en las instituciones?

-Muchos a los que hemos invitado nos dicen que no tienen tiempo, cuando en realidad son excusas. Si lo querés hacer, esto se lleva en la sangre. Me duele mucho cuando se critica sin saber. Te tienen que resbalar las críticas, uno hace lo que puede y lo que se le ocurre en ese momento. Siempre digo que si se entra en una comisión pretendiendo que los 15 integrantes trabajen a la par, que no vayan. Está en la sabiduría del presidente saber explotar las cualidades de cada uno.

¿Qué pasa que faltan proyectos?

-En mi caso siempre fui de la idea de llevar un proyecto para que dentro de la comisión se desarrolle, de esa manera si cada uno aporta algo hay identificación con esa propuesta y la van a acompañar. Si la idea está definida, el grupo de trabajo no se compromete. Acá no abundan proyectos a largo plazo, a nivel deportivo no se desarrolla una política. Todo lo que se hace es para que empiece hoy y termine mañana. El deporte tiene que ser un estilo de vida.
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