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08-07-2014
PÁLINKA
Una bebida originaria de Hungría que gana adeptos en Europa.
Hungría tiene fama no solamente por su vitivinicultura milenaria sino por su propio aguardiente que en el idioma magyar se llama pálinka y que se viene elaborando a base de la mayoría de las frutas de sus huertas (ante todo albaricoque, cereza, ciruela, pera y manzana) y bosques (como saúco, mora, arándano, grosella).

Así cómo la grappa es uno de los licores típicos de Italia, en Hungría se estila beber Pálinka. Aunque no es tan usual, es un aguardiente originario de dicho país centroeuropeo y su elaboración se remonta a cientos de años, por lo que es considerado parte esencial de la cultura húngara. Los húngaros se enorgullecen de esta bebida nacional y hasta algunos la utilizan para fines medicinales.

Durante el inicio de su elaboración se colocan las frutas en un barril, donde se fermenta naturalmente. El proceso de fermentación se realiza durante varias semanas y después se procede a realizar una destilación doble del mosto obtenido, esto es para aumentar el grado alcohólico y potenciar el aroma frutal.

Para que este aguardiente de frutas se denomine Pálinka tiene que cumplir ciertos estándares. Entre los requisitos tenemos que el grado alcohólico no debe ser menor a 37º, debe producirse con fruta y no puede añadírsele agua, azúcar, colorantes o aditivos.

Se dice que no se debe beber el Pálinka frío, ya que al ser enfriado se pierden muchos de los sabores de este aguardiente y no se logra disfrutar su verdadera esencia. Por ello, se recomienda tomarlo a temperatura de ambiente.
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