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11-07-2014 |
MARTÍN RESTIERI: BATERISTA Y PERCUSIONISTA |
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Su familia tiene una historia con la música. El heredó esa pasión y la expresa en los principales escenarios actuando con Sonia Vega. |
Martín Restieri es baterista y percusionista de la banda de Sonia Vega. Desde que dio la prueba no paró de trabajar, está en gira permanente. “Fuimos en reiteradas veces al Festival de Diamante en Entre Ríos, fuimos al sur donde hay propuestas muy interesantes y estuvimos en varias oportunidades en Baradero. No sé si están al nivel de Cosquín, pero no están muy lejos”.
¿En Cosquín este año tuvieron el horario central? ¿En tu caso fuiste la imagen del primer tema?
-Como hago la percusión tocando el cajón peruano, ese día lo hice en el primer tema. También en la batería tengo elementos como la timbaleta, un cencerro, un bombo legüero para los temas clásicos del folklore. En Cosquín tuvimos una gran posibilidad.
¿Cómo entraste a la banda de Sonia Vega?
-Por Luciano Castañarez, él hacía un año que estaba y me comentó que se estaba por ir el baterista. Me propuso hacer una prueba, después hice dos ensayos conociendo muy poco del repertorio y a los pocos días debuté en Jesús María.
¿Tenías alguna experiencia previa?
-Había actuado en peñas, en alguna fiesta privada, pero eso fue un cambio muy brusco. Porque de tocar ante poca gente pasé a actuar ante 40.000 personas. Fue el 9 de enero de 2011. Mi debut oficial con Sonia. De ahí pasamos a Cosquín y luego Baradero. Sonia inició su carrera como folklorista en Baradero.
¿Ya grabaron algún trabajo discográfico con Sonia?
-En mi caso todavía no, pero el resto de los músicos si lo hicieron. Pero se grabó un CD en vivo que se hizo en la Agrupación Atlética de Chivilcoy en el que participé.
¿Siempre incursionaste en folklore?
-Empecé tocando con Guillermo Matera a quien lo acompañé en las peñas y en las competencias. Al primer escenario que me subí fue con él y haciendo folklore.
¿Cómo te formaste?
-Soy autodidacta, pero con muchas horas de trabajo en el instrumento. Estoy atento a las clínicas de internet y consulto mucho a los colegas. Es como el futbolista, si no entrena no juega. Le dedico gran cantidad de tiempo a la batería.
¿Cuándo ensayan con la banda de Sonia?
-Hacemos un ensayo extendido de 7 u 8 horas. En vez de reunirnos 2 o 3 veces por semana.
¿Cómo es ir de gira?
-Me subo a la combi los jueves y aterrizo lunes o martes. Recorremos muchos lugares más en épocas de jineteadas.
¿Hasta dónde llegaste?
-Hasta Puerto Santa Cruz donde se hace un festival en homenaje a Horacio Guaraní. Fue al mes y medio de entrar con Sonia. También estuve en la Fiesta de la Sierra de Mendoza, que es en Uspallata.
¿Cómo se establece el trabajo?
-En primavera y verano hay festivales al aire libre con mucha concurrencia de la gente. Después fiestas del folklore en ámbitos cerrados. Se trabaja muchísimo en verano, pero en épocas de frío también. No se deja de trabajar, 6 o 7 presentaciones tenemos en invierno y tenemos como mínimo 12 fechas en verano.
¿Qué es lo que más desgasta de las giras?
-Los viajes que siempre son muy largos, en general no tocamos por la zona. Los recorridos más cortos son de 400 o más kilómetros. Hay que estar mucho tiempo en la combi. Si somos el número central tocamos después de las 2 de la mañana, por eso hay que esperar para actuar. Igual se trabaja con mucha seriedad. Nosotros hacemos un show por noche, Sonia nos pide que demos el máximo.
¿La música la heredaste?
-Viene de mi bisabuelo, él ya tocaba acordeón. Lo que no hay son percusionitas, soy el único. Lo que vale mencionar es que todo en la música se lo debo a mi papá. El nunca me presionó, me apoyó para hacer lo que más me gusta.
¿Por qué esa inclinación por la batería?
-Soy la oveja negra de la familia, desde muy chico. Como siempre había muchos alumnos que venían a tomar clases con mi papá y entre los instrumentos que había estaba una batería, me senté y mi “viejo” me ponía un cassette para llevar el tiempo. Estudié 2 años de saxo, pero en mi casa tocaba la batería. Después, más grande, me dediqué de lleno a ese instrumento.
¿Tu vida laboral pasa por la música?
-Desde hace un tiempo que tengo la suerte de vivir de la música. Además de participar de la banda de Sonia Vega tengo mis alumnos en casa.
¿Hay posibilidades de seguir creciendo?
-Por el momento estoy muy cómodo en la banda con el grupo humano, además siento que le debo un tiempo a Sonia porque ella me dio la oportunidad. Seguir escalando depende de la vida, de la fortuna, si se da la posibilidad será cuestión de hablarlo con ella.
En los shows de Sonia Vega hay músicos y grupos muy reconocidos. En alguna oportunidad te dijeron cuando te bajaste del escenario: ¡Bien pibe, muy bueno lo tuyo!
-El tercer show que hice con Sonia, teníamos la Fiesta del Caballo en Vedia y de ahí nos fuimos a Cosquín. Esa noche se presentó Sergio Denis. Conocía una parte del repertorio de Sonia, y la otra la encaré de corajudo. Y tuve la suerte de que al final Sonia me llamó y me presentó a Sergio Denis que me quería felicitar. Lo que más lo atrapó fue mi edad y la intensidad, siendo que tenía 18 años. Como me pasó a mí, también ocurrió con otros chicos de la banda, como Luciano Castañarez, Edgardo Marano.
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