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28-07-2014
STELLA BEORLEGUI: LA DIRECTORA DE LOS ÉXITOS TEATRALES
Con el grupo A Viva Voz lleva 4 obras en las que el público colmó la sala en casi todas las funciones. Una situación sin precedentes en Alberti.
En los últimos años Stella Beorlegui dirigió obras de teatro que se transformaron en un éxito de público. Con 11 funciones de “Taxi”, 9 de “Pijamas”, 9 de “Extraña Pareja” y 6 de “Justo en lo Mejor de mi Vida” establecieron un récord de público en Alberti. “Estuve en varios momentos de mi vida con el teatro, y con el grupo A Viva Voz es la vez que tenemos mayor continuidad de mucho público y estamos muy felices. La gente cuando no tenemos nada en cartelera nos pide que presentamos una obra, y cuando la damos nos acompaña y mucho”, expresó la directora.

¿Dieron en la tecla respecto del gusto de la gente?

-Creo que sí, hay que presentarle productos donde se pueda divertir, pasarla bien. Buscar que no tenga que pensar mucho, nada de lágrimas. Si es lo que pide el público, lo que quiere, eso le ofrecemos.

¿Te sentís más cómoda dirigiendo o siendo dirigida?

-Son dos cosas totalmente distintas, yo pasé por el grupo La Máscara siendo apuntadora, después fui actriz en Vivencias y ahora directora. Pero el ser directora es una responsabilidad mayor, porque tengo todo a mi cargo. Si bien somos un grupo y todos aportamos, el hilo conductor es de una persona y por eso me siento mucho más responsable.

¿La última palabra en cuanto a la elección de las obras es tuya?

-No, no, las elegimos entre todos. Leemos, las analizamos y mayormente hay una coincidencia en función de la que nos gusta.

¿Cómo es conseguir obras?

-Está muy difícil la situación con los derechos, por eso no salimos mucho de Alberti. Nos contactamos con gente, buscamos algunos guiones, fui mucho a la biblioteca del teatro Cervantes. Vamos recolectando.

¿Es una búsqueda permanente?

-Sobre todo las comedias, porque en muchos casos son buenas pero hay que actualizarlas. Lleva trabajo leerlas. Mientras lo hago me las voy imaginando y los personajes van cobrando vida.

Como son un grupo qué se elige primero: los protagonistas o la obra…

-Primero la obra, la tenemos que leer y nos tiene que gustar. Una vez que llegamos a esta instancia vemos qué personajes tenemos y a quienes tenemos que salir a buscar.

¿Cuesta sumar gente?

-Cuando terminamos una obra todos nos dicen yo quiero actuar, pero después cuando ven que hay que ir a ensayar todos los días, que le quitás horas a tu vida y a tu familia, ahí empiezan a fallar. Pero de todas maneras siempre tuvimos actores.

¿Cómo es el proceso?

-Leemos la obra, la analizamos, desglosamos los personajes, la conversamos y vemos qué puesta vamos a hacer. Eso corre por mi cuenta, yo imagino la puesta y la pongo a consideración del grupo. Si nos gusta a todos avanzamos con las características de los personajes. Cómo lo ve cada uno, cómo los vamos a hacer. Incluso antes de empezar la obra ya sabemos cómo va a ser la escenografía, para ensayar pensando en el espacio en que se van a mover.

¿Qué representa para quienes la hacen?

-Nosotros hacemos esto porque amamos el teatro. Somos un grupo muy unido, la pasmaos muy bien, pero le quitamos horas a nuestras familias. Una obra lleva no menos de 3 meses intensos. Porque todos se dedican a otro cosa, y tenemos 2 o 3 horas por día para prepararla.

Te hemos visto caminar por fuera del Salón Cultural de una puerta a la otra antes del estreno. ¿A qué obedece esa situación?

-Es que estoy muy nerviosa y lo canalizo así. Ante los chicos tengo que demostrar tranquilidad, pero no dejo de hacer eso también por una cuestión de cábala.

¿Y el estreno?

-Es un momento muy difícil porque venimos de un ensayo general y salimos al ruedo. Ya no es entre nosotros, es para la gente. Dentro de esa gente en la primera función están los familiares que son los primeros críticos pero a los que necesitamos porque nos hace muy bien que nos acompañen aquellos a los que amamos. Mis hijos son lapidarios y mi mamá con 101 años es la primera que me señala detalles y es mi fan número 1.

¿Cómo sabés cuando una obra está para estrenar?

-No sé, porque cuando estamos haciendo las representaciones me surge que una escena la podíamos haber hecho de otra manera. Siempre tengo ganas de cambiar, de renovar. De todas formas hay algo que me indica cuándo estrenar, que es cuando sale fluida, me divierto yo y lo hacen los chicos

¿Existe esa búsqueda de hacer cambios después del estreno?

-Algunas cosas se modifican, pero no mucho.

¿Cómo la vivís? ¿Detrás de escena o mirando al público?

-Detrás de escena, mirando al público no puedo. Estoy mirando que no se escape ningún detalle. Porque cuando hay cambios de vestuario tenemos que estar muy atentos.

¿Qué no te animarías a hacer?

-Un monólogo o una comedia de dos personajes. Por ahí la inconciencia hace que me arriesgue, pero le tengo mucho respeto. Es difícil tener la atención del público con uno o dos personajes.

¿Un desnudo en Alberti?

-No sé, tal vez haya alguien que se anime. No sé, si la obra lo requiere y se animan.

¿Los besos son un tema?

-Los besos que se dieron en teatro siempre fueron de Juan Carlos y mío porque éramos marido y mujer. Siempre me tocaba con él (risas).

¿Cómo empezó A Viva Voz?

-Te puedo decir que a mí me encontraron en la calle Fernando Romano y Mauricio Arruvito que tenían la obra “En lo mejor de mi vida”. Y me preguntaron si los dirigía. De manera instantánea les dijo que no, yo no, no sé, y menos a ustedes. Después me convencieron, nos reunimos y empezamos a leerla, así salió.

¿Fernando Romano y Mauricio Arruvito son tan dúctiles como parecen en escena?

-Sí, sí, son creativos. Saben como hacer el personaje. Cuando les tirás ideas agarran la onda. Saben escucharse, que eso es muy importante en teatro. Para saber de qué manera me lo dice el otro para tomar el pie. Las chicas también tienen su impronta, pero resulta más difícil conseguir obras con protagonistas femeninas.

¿Es un grupo abierto A Viva Voz?

-Todos tienen las puertas abiertas, no sólo es importante el que se sube al escenario. Hay un montón de funciones que se pueden hacer.

¿Qué aspirás para le grupo?

-Presentarlo en algún certamen, esa es una cuenta pendiente.

¿Tuviste algunos sinsabores?

-No, nunca. La pasamos muy bien como para reparar el algo.
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