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16-09-2014 |
PÍO LEÓN BOTTARO: EL SECRETO DE LA VIDA |
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Es hijo de inmigrantes, trabajó la tierra y fue comerciante. Vendió lo que produjo y participó en la llegada de la televisión por cable. |
Pío León Bottaro cumplió 90 años en 2014, tiene sus nombres porque así se llamaban su abuelo y su papá, con la diferencia que su progenitor tenía el orden cambiado. El origen de la familia es italiano, su padre vino a la Argentina y cuando llegó a migración lo mandaron hacia la localidad de Coronel Seguí. “Mi padre se estableció en una quinta que se alquilaba a porcentaje, puso una chacra. Venía a trabajar, no a pedir. Llegó cuando tenía 26 años, se fue a los 28 y se casó con mi madre para regresar luego a la Argentina”.
¿Se radicaron en Coronel Seguí?
-No, de acá mis padres se fueron a Pehuajó. Allí tuvieron muchas dificultades, problemas con la helada, la ceniza del volcán, lo que les provocó un gran retroceso económico. Ellos eran trabajadores de la tierra, que volvieron a empezar en Alberti.
¿Quién lo ayudó?
-En ese tiempo los inmigrantes que llegaban se ayudaban… Mis padres tuvieron 10 hijos.
¿Hay alguno de sus hermanos vivos?
-No quedó ninguno, lamentablemente estoy sólo. Cuando me casé con Ana, hace 65 años, estábamos todos menos mi padre. Yo fui el hermano número 10.
¿Su papá le transmitió como herencia el trabajo de la tierra?
-Mientras estuve en el campo hice ese trabajo, en el año 1966 me vine a Alberti. Yo me dediqué en el campo al cultivo y a la cría de animales, también tuvimos tambo.
¿Qué lo llevó a venirse a Alberti?
-Estábamos sembrando un campo con mi hermano Alfredo, con el que fuimos socios de siempre. El aquel momento estaba Antonio Scarcelli que era el tesorero de la Cooperativa La Unión. El fue el que me dijo si quería agarrar ese negocio, lo pensé mucho y me decidí. Pusimos un almacén en la esquina de Rivadavia e Hipólito Yrigoyen. Después hicimos un Autoservicio donde comenzamos a trabajar con mi señora y mi hijo “Lucho”.
¿Le costó el cambio?
-Para nada, porque yo siempre tuve como premisa el respeto a la gente. Teníamos buena atención y había mercadería de calidad.
¿Había competencia en el barrio?
-Teníamos al Almacén Inglés, estaba De Pietro y Casa Gutierrez.
¿Después cambiaron de rubro?
-Nos dedicamos a la facturaría de cerdo y a la venta de pollo. Eso lo impusimos nosotros porque no había, al igual que la distribución de los lácteos. Es un negocio que hoy continúa, con otro dueño.
¿Cuánto estuvo al frente del negocio?
-Hasta que me hijo Miguel se hizo cargo del negocio. Nosotros lo apuntalábamos. Continué en la quinta, porque lo que vendíamos era lo que producíamos en la quinta. Cuando hacíamos la factura de cerdo era como si la hiciera para mí, no engañábamos a nadie. Respetábamos mucho a la gente.
¿También participó de la llegada de la televisión por cable a Alberti?
-Fue en una peña de un grupo de amigos, allí surgió la idea. Fuimos 7 secos que empezamos a trabajar. El orgullo grande fue haber logrado traer la televisión. Cuando llegué a cierta edad le comuniqué a Eduardo Arruvito que no quería seguir más. Con él recorrimos el país, buscábamos información para poder impulsar la idea.
Cuando empezó la televisión por cable qué función cumplía…
-Vendía la señal, me recorrí el pueblo. Era mucha la responsabilidad porque la gente confiaba en mí. Por eso siempre digo que fue una idea de 7 secos que llegó a buen término.
¿Hasta qué edad trabajó?
-En la granja hasta los 87 años. Siempre me acompañó gente muy buena.
¿Y ahora de qué disfruta? ¿A qué le da más valor?
-Además de compartir mi vida con Ana en los 66 años, tengo la suerte de tener 10 descendientes. También leo libros, le dedico tiempo a la lectura. Todos los días, de lunes a viernes, me dedico a ver programas periodísticos. Todos los días le doy las gracias a Dios por lo que tengo, mis hijos, mis nietos, mis bisnietos. Cuando cumplí 90 años, viví 32.395 días, con alegrías y también con muchas dificultades.
¿Qué representan tantos años de casado?
-A los 66 años hay que sumarle 4 de novios. El día que yo me vaya, me prometí volver de alguna manera para buscarla a ella y volverme a casar.
¿Cuál es la fórmula de la vida?
-Empezar todos los días de nuevo. Dejar atrás lo pasado y levantarte cada mañana como si fuese la mejor.
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