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09-12-2014
ADOLFO ROBLES: UNO DE LOS SOCIOS FUNDADORES DE LA CÁMARA DE COMERCIO
Fue el cuarto presidente de la Cámara de Comercio que tiene 50 años de existencia. Cumplió un período conduciendo la institución. Fue quien ocupó el cargo de secretario en la primera comisión directiva que se conformó en 1963.
El diálogo con Adolfo Robles comienza con una referencia muy puntual al momento de constitución de la primera comisión directiva: “El acta está escrito por mí, de puño y letra”. A lo que agrega orgulloso: “me tocó redactar la primera página en la historia de la Cámara de Comercio e Industria de Alberti”.

Al ser uno de los socios fundadores de la Cámara, recuerda cuál fue el origen de la institución.

-En aquel tiempo con Guillermo García trabajábamos juntos y además estábamos en el Rotary Club. De ahí surgió la idea de la Cámara con Pedro Armentano. Copiando de los pueblos vecinos y conociendo la experiencia de algunos rotarios se pudo fundar. Eramos la mayoría conocidos.

¿Cuál fue la primera ubicación de la Cámara?

-En la calle 10 de Junio, luego nos trasladamos a la calle Rivadavia. Me acuerdo que teníamos de secretario al policía Grisolía y que hacía la papelería como si encabezara un parte policial. También funcionó en la calle Hipólito Yrigoyen donde surgió la idea de hacer el edificio que hoy tiene la Cámara. Cuando se hizo la construcción el que participó en gran medida fue Rafael García, estuvo muy encima de la obra.

¿Por qué se transformó en secretario de la primera comisión?

-En ese tiempo era muy joven, con ganas de hacer. Armentano era muy amigo mío y me invitó a integrar la comisión. Guillermo García tuvo mucho que ver en la organización y en el armado de la Cámara.

¿Cuándo se sumó Praglia?

-Fue después, con Praglia tuvimos alguien que actuó con transparencia y honestidad. Era muy aplicado.

¿Qué recuerda de su período en la presidencia?

-Estábamos muy abocados a que los vendedores ambulantes tenían que ponerse en regla o no había que dejarlos trabajar. Era un tema que seguíamos de cerca por que lo veíamos como una injusticia que el comerciante instalado pagara todo y uno de afuera vendiera lo mismo sin hacer ningún tributo. Era una competencia desleal. También habíamos publicado una lista con los deudores morosos (risas). Eso nos generó cierta antipatía, aunque dejamos conformes a los comerciantes.

¿Estuvo muchos años en la Cámara?

-Unos cuantos, fui secretario, presidente y después acompañé en muchas comisiones.

¿Qué es lo que sobresale?

-La forma de trabajar, éramos muy unidos. Tuvimos que abrir el camino ya que fuimos los que empezamos. Nos costó bastante que el comercio aceptara. Los convencimos hablándoles de los beneficios que podían tener si se adherían. Lo que recuerdo es que la cuota social era muy baja, no queríamos que les pesara porque nos interesaba que estuviesen presentes.

Al haber pasado cincuenta años de la fundación de la Cámara ¿Cuáles son las sensaciones hoy?

-En el balance de mi vida lo tengo como algo muy positivo. Me provoca mucha satisfacción, es muy gratificante.
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