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25-08-2015
EL VAGÓN ES UNA ATRACCIÓN PARA LA GENTE
Al bajar el nivel del agua y recuperar la transitabilidad los caminos, la gente visita el lugar donde quedó el vagón del tren.

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La fisonomía del paisaje que rodea a la Cañada del Tío Antonio cambió de manera categórica. Antes se veía todo agua, ahora la cañada está en su causa natural, los campos que se inundaron ya están despejados y los caminos para llegar a los puentes de la Graciana y la Clarita se encuentran transitables.

Lo único que permanece igual es el vagón de pasajeros que quedó varado en el puente del ferrocarril. Desde el 10 de agosto que está en ese lugar transformándose en una atracción que genera muchas visitas de la gente.

Con el descenso del nivel del agua queda más en videncia como cedieron los pilares que sostienen la estructura del puente cuando pasó el tren. Hasta hoy surge la pregunta: ¿Qué hubiese pasado si el puente se desmoronaba? ¿Cuál hubiese sido la surte de los pasajeros que iban en esa formación? Afortunadamente todo quedó en el terreno de las conjeturas, siendo que los pasajeros fueron trasbordados y no tuvieron ninguna consecuencia, más allá del malestar que les generó estar tanto tiempo sobre el tren y las horas interminables que les demandó completar el viaje.

El agua se fue, pero dejó sus rastros. Como el basural se inundó no alcanzó la contención del alambre perimetral porque muchos de los residuos se los deposita en la periferia. Esa basura terminó en los campos.

La inundación de la zona del basural también generó un fuerte impacto dentro del predio. Porque si bien el depósito de los residuos no seguía un determinado criterio, ahora se puede observar que la mínima organziación se desarticuló y que hay basura por todos lados.
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