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12-11-2015
TRI CANILONI: NUMERO CENTRAL EN EL PRE BARADERO
Se animan con un estilo nada fácil: humor con música y sin groserías, apelando a recursos cercanos a lo literario. Van a actuar la noche del domingo.
El próximo domingo Tri Caniloni se va a presentar como número invitado en el Centro de Jubilados en la noche de cierre de la cuarta edición del Pre Baradero. El trío que combina música y humor viene procedente de Lujan, para conocer más sobre la propuesta publicamos a continuación una nota realizada por el sitio www.elcivismo.com.ar de esa ciudad.

Desde un principio, el grupo se propuso hacer humor, pero hacerlo excluyendo las malas palabras y dobles sentidos. Elección nada fácil que implica un desafío creativo más arduo que las iniciativas que llenan salas a fuerza de lugares comunes y groserías de moda. Trio Caniloni se sumergió en un estilo cercano a los Le Luthiers.

Los primeros pasos del conjunto fueron en 1999 bajo el nombre The Suflé, para luego adoptar definitivamente el actual Tri Caniloni. La formación original del grupo estaba integrada por Omar Astudillo, Darío Rossi, Nicolás Navarro y Omar Zubillaga y tuvo por objetivo realizar una sola función y un solo sketch en una audición estudiantil de la Escuela Comercial de Lujan. Pero ahí no quedó la cosa. La devolución del público les permitió abrir una puerta y encarar la tarea profesionalmente.

Así concretaron una serie de presentaciones por distintos espacios locales para luego, por esas cosas de la vida, tomarse un receso de 7 años. Durante ese tiempo, Omar Astudillo y Darío Rossi siguieron trabajando en forma independiente hasta 2007. Ese año deciden rearmar el grupo con una nueva formación de trío sumando, a Omar y Darío, el aporte musical de Nicolás Desarnaud.

¿Por qué no usan malas palabras?

- No usamos malas palabras pero usamos mala intención. Nunca decimos una palabrota pero la sugerimos muchas veces. Y son varias las razones. Primero porque lo heredamos de la gente que admiramos como Groucho Marx, Charles Chaplin, Alejandro Dolina, Les Luthiers. Segundo, porque no nos divierte el humor escatológico que es donde más barrabasadas uno puede decir, y además, no utilizar una palabrota da lugar a otro tipo de gag; utilizar un eufemismo puede ser más productivo que el insulto al que reemplaza, o las mil morisquetas que uno hace por no decir una mala palabra en el medio de una canción pueden ser mejores que la mala palabra. Y lo más importante es que nos diferencia de la mayoría de los humoristas que sí las usan por una razón evidente; le dan fuerza a los discursos y “son graciosas”.

Un nombre con historia

“Es difícil encontrar un nombre que represente lo que hacemos, por eso elegimos uno que nació de una anécdota. Fue en el año 2007 cuando nos presentamos por primera vez con la nueva formación en una cena show. Era nuestro re-debut, así que vendimos muchas entradas y contratamos un buen sonido. Estábamos muy ansiosos, y por esa razón no entendimos bien la propuesta económica del recinto… Pero no lo notamos hasta después. Al final del show, comimos en el mismo restaurante y planificamos arreglar las cuentas del espectáculo con el dueño. Después de discutir un rato nos pagó una décima parte de lo acordado, y cuando nos íbamos nos cobró la comida, así que salimos hechos. Obviamente la cena fueron tres canelones”, contó Omar.

Sobre la dinámica que les permite crear nuevos gags, explicaron que es Omar el que inicia la escritura de textos y algunas ideas musicales. Luego las presenta a sus compañeros que “son la primera prueba para saber si los chistes son buenos”. Después llegan a las manos de Nicolás Desarnaud, que es el músico más talentoso y preparado del grupo, para que le ponga música y arreglos. Una vez terminado este trabajo comienzan los ensayos y retoques finales, “pero en realidad, el visto bueno se lo da la gente el día que lo estrenamos”. Así es que en cada espectáculo incluyen algo nuevo que van probando y testeando con el público.

Respecto de la inmediatez de la respuesta de la audiencia Nicolás explicó que “el vivo con la gente es cuando te das cuenta si responden con lo que estás haciendo o no. Si no, es muy íntimo el humor y queda entre nosotros porque son cosas internas y muchas veces llevarlas a quienes no están en el grupo es muy difícil. Por eso trabajamos mucho en base a las presentaciones”.

Acerca de la satisfacción de hacer humor, Omar contó que escribe literatura desde hace un tiempo y “me dediqué un poco a la música; y la verdad es que para hacer humor canto bárbaro. En realidad siempre me gustó el humor. He subido al escenario como artista, como músico, pero hacer humor no tiene precio. Es otra la relación con el público”. Al mismo tiempo, Nicolás agregó que “no podemos comparar tocar el mejor solo de tu vida y que te lo aplaudan; con la risa espontánea que te regala el público”.

Estas son las mismas razones por las que la propuesta requiere de una renovación constante de audiencias y de guión. “No podemos repetir la gente. Contrario a la música, que mientras más te conocen mejor. Esto también implica tener que salir para renovar la audiencia y probar distintos públicos y sketchs”.
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