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05-05-2016
LA DE MAYOR EDAD DE LA CIUDAD
Hoy cumple 103 años Cecilia Medrano de Beorlegui. Es la mujer de mayor edad de la planta urbana.
Hace un año este medio le realizó una nota a Cecilia Medrano. Tenía en aquel momento 102 años, hoy con un año más de vida, sigue disfrutando de su familia, concurre al teatro a ver las obras que presenta su hija Stella y se mantiene muy activa.

A continuación reproducimos la nota que registrábamos con Cecilia:

“Nací el 5 de Mayo de 1913, la llevo bastante bien, tengo unos hijos que me cuidan mucho”, son las primeras palabras de Cecilia. Cuando nosotros le señalamos que le ha tocado vivir todo, ella coincide y de inmediato refleja: “Trabajé gran parte de mi vida”.

¿Dónde nació?

-En Chivilcoy, pero me crié en Plá. Éramos 7 hermanos, yo la mayor. Hice la escuela primaria que nos quedaba a 12 cuadras. Fui hasta quinto grado, trabajé a la par de los hombres ayudando a mis padres. Hacíamos trabajos en el campo. Criábamos animales.

¿Hasta cuando vivió en Plá?

-Me casé en Plá, tuve mis hijos ahí, viví en el campo y hace unos 45 años que me vine a Alberti. Cuando mi hijo comenzó la escuela secundaria.

¿Cómo se vivía en aquel entonces?

-No había nada, ni heladera, ni auto para venir a Alberti. Veníamos en una jardinera grande. Sólo un almacén de ramos generales de Bassi había en Plá. Las casas eran de barro, porque no había ladrillos.

¿Fueron tiempos difíciles?

-No eran muy difíciles, mis padres eran muy trabajadores. Era una vida de campo, sin comodidades porque no las había. Una vez por semana pasaba un chacarero por las chacras para levantar el pedido que venía a comprar al pueblo.

¿Cómo iban al pueblo?

-En jardinera, una vez que teníamos que llegar a la iglesia porque nos iba a confirmar el obispo que venía cada 7 años, nos asustamos mucho. Fuimos a cruzar el Río Salado en la jardinera porque no había puente, era tanta el agua que nos dio terror. Ahí íbamos sentados todos. Me acuerdo que mi papá nos decía que no nos asustáramos, que no nos iba a pasar nada. Después hicieron el puente y ya veníamos más seguido a Alberti.

¿Hoy la vida es muy distinta?

-Antes hacíamos todo, hoy en cambio se compra. Cocinábamos, hacíamos quinta, los vestidos, todas hacíamos algo en casa. Aprendimos con mis hermanas a coser con una profesora. Después cuando nos casamos cambió mucho, mi papá fue uno de los primeros en tener auto. Me acuerdo que hasta los 15 años no íbamos a los bailes, los domingos se hacía matinée y nos divertíamos mucho.

¿De qué disfruta en este tiempo?

-De estar con mis hijos, de charlar con mis vecinas. Les cuento a ellas de cómo vivíamos en aquel tiempo porque ellas no saben.

¿Cómo es un día de su vida?

-Hoy no hago nada, disfruto del descanso. Estoy contentísima. Me enojo con mis hijos cuando los veo a la mañana y no a la tarde. Agradezco a Dios por mi vida, a veces me cuesta levantarme pero debo entender que son algunos años los que tengo.
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