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29-07-2016
JAZMÍN MOSCA: LA ESTUDIANTE DE INTERCAMBIO
Por intermedio del Rotary estuvo desde el mes de agosto del año pasado en Estados Unidos. Completó allí sus estudios secundarios.

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Jazmín Mosca vivió la experiencia de participar de un Intercambio de Jóvenes del Rotary Club. Estuvo un año en Estados Unidos, allí estudió y se preparó para dar el paso a la universidad. Cuando se fue de Alberti le faltaban algunos meses para concluir el secundario, pero lo hecho en Norteamérica la habilita para continuar con los estudios superiores.

¿Cómo te llegó la posibilidad del intercambio?

-Me llegó a través de Manuel Contreras, cuando él volvió estuvimos hablando y me interesó. Después hablé con mi papá y mi mamá y ellos me apoyaron para hacerlo. Así presenté mi postulación en el Rotary Club.

¿Hay requisitos excluyentes?

-No, te preguntan por el idioma pero podés ir sin saber. También tenés que presentar las notas del colegio y se tiene que dar la posibilidad de que otro joven quiera venir a Alberti.

¿Qué implica hacer el intercambio en cuanto a dinero?

-Hay que pagarse el viaje, un seguro porque allá la salud es muy cara. El resto tiene que ver con la casa donde te alojás y un aporte mensual que te hace Rotary para los gastos corrientes.

¿En qué lugar te tocó el intercambio?

-En una ciudad de 6.000 habitantes, Nevada City. Ahí roté entre cuatro familias y fui a la misma escuela.

¿Cuándo surgió la posibilidad creías que se iba a dar de la menara en que ocurrió?

-Nunca tuve una expectativa respecto de lo que podía llegar a ocurrir, fui muy abierta y la verdad que fue más de lo que esperaba.

¿Qué tan extranjera te sentiste?

-No es lo mismo ir a una clase de inglés una hora por día que estar en un país donde la única forma de comunicación es esa lengua. Al principio me costó un montón entender, no es lo mismo. Me tuve que adaptar a un ritmo de vida distinto, fue diferente. Una situación muy especial se dio en Navidad y Año Nuevo, ya que al horario en que terminó todo que fue las 8 de la noche, acá todavía no empezamos.

¿Cómo fue la inserción en la Escuela?

-Había 11 estudiantes de intercambio, y éramos uno más. Nadie nos diferenciaba, ni siquiera el profesor. Teníamos la misma exigencia que un chico que estaba haciendo el secundario en Estados Unidos.

¿No se estudia de la misma manera?

-Son 6 horas de estudio y los deportes de estación. Hay muchas oportunidades de hacer lo que te gusta pero siempre que tengas definido qué querés hacer en el futuro. Las notas que vos tenés te cuentan cuando llegás a la Universidad.

¿Qué materias elegiste?

-Matemáticas, química, fotografía, dibujo y pintura, inglés y estaba haciendo una clase del ayudante del español.

¿En algún momento de la estadía flaqueaste?

-Sí, sobre todo cuando me tocó cursar alguna enfermedad, me tiraba estar cerca de mi familia. Pero igual, me sentí muy acompañada por las familias allá y sabía que si me pasaba algo ellos iban a estar.

¿Cómo son los vínculos con la juventud?

-Es complicado entrar a los grupos, porque ya están armados y piensan que no tiene sentido hacerse de un amigo que se va en un año. La mejor manera de entrar es por los clubes y los deportes. De esa forma te podés integrar. Además, los grupos de intercambio tienen sus grupos.
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