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15-12-2016 |
MURIÓ EL POETA NO VIDENTE LEONARDO ROQUE VALLE |
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Era autor de dos libros de poemas escritos en braile. Uno de ellos dedicado a Alberti. |
En los últimos días murió a la edad de 90 años en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el poeta albertino Leonardo Roque “Nardo” Valle. La noticia se conoció a través de Angel Rivero, un vecino que mantenía contacto con el autor no vidente.
Valle nació en Alberti, el 15 de agosto de 1926. Muy chico se trasladó con su familia a la Ciudad de Buenos Aires, donde residió desde entonces. Es descendiente de una de las familias que fue fundadora del barrio San Lorenzo, su apellido figura en el monumento a los primeros pobladores ubicado en la Plazoleta Italia detrás de la Capilla de Fátima.
En el año 2000 publicó el libro de poemas El Séptimo Universo. Ensayo Poético y Otras Obras, que condensó su trabajo de muchos años. En el año 2010 publicó su segundo libro de poemas ¡Alberti, estás en mi corazón!
“La poesía de Leonardo Roque Valle, escrita enteramente en braille, despliega historias, personajes, sentires, meditaciones que provienen de su riquísimo mundo interior y que reclaman una lectura atenta a lo más profundo del ser no considerado de forma abstracta sino enraizado en una cultura específica, en un lugar y un momento determinados, aquellos que configuran y dan forma a su estar en el mundo. He aquí con nosotros, entonces, este nuevo, singular e inspirado poemario”, señala el prólogo de su segunda libro.
Esta es una de las poesías que hace referencia a Alberti:
Mundo diferente
Sextina
Yo de niño descubrí el Salado.
Allí conocí río y camalote
Y una red enemiga del pescado.
Puede vivir el hombre con un bote;
Es parte de la vida la comida
Y sin ella es segura la caída.
Las nubes sobre el río pasaban;
Sus gotas se hacían puñaladas.
Los botes sin patrón avanzaban;
Las aves disparaban espantadas.
El cauce crecía y desbordando
La cañada vecina fue llenando.
El fuerte viento de la noche
No dejó ni carpas ni sombrillas;
El hombre se volvió reproche
Y la fauna descubrió maravillas.
Creció un mundo de habitantes
Pero aún vivían muy distantes.
Muy cerca había un montecito
Con acacias, tilos y ciruelos;
Los pájaros venían despacito
Del fresco lago sin señuelos.
Los niños calladitos los cazaban
Si los veranos sin lluvias pasaban.
Linda quinta tenía Baldomero
Allí por la zona de Angelito,
El barrio que se ganó Rivero,
Un amigo formal y sencillito.
La vida me impuso la ceguera;
Mi mente irá donde yo quiera.
Río, un terraplén y el puente;
El agua, los peces y la fauna,
Lugar soñado, mundo diferente,
Contigo pido un día me reúna.
Vivir sufriendo la querencia
Es tener en el alma, ausencia.
Nací en mil novecientos veintiséis;
Era agosto quince en Alberti.
Sí, hoy cumplí setenta y seis.
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