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02-11-2017 |
MÁS CONSECUENCIAS DE LA TORMENTA |
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En un campo arrasó con árboles, parideras, un tinglado, alambres y quebró un poste de cemento. |
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Cuando pasaron cuatro días de la tormenta que castigó a la zona sur del partido de Alberti, se siguen conociendo situaciones que se produjeron como consecuencia de los efectos del fuerte viento.
A muy pocos kilómetros de la zona urbanizada de la localidad de Plá se ubica el campo de la familia Bibini donde se realiza una cría intensiva de cerdos. La fuerza de viento no tuvo clemencia con ese lugar, le provocó importantes daños.
Uno de los dueños le decía a este medio que él trabaja en ese campo de los 14 años, hoy tiene 67 y se le caen las lágrimas cuando ve las consecuencias que dejó este fenómeno climatológico que se lo puede definir como un tornado.
Inclusive un vecino de la zona detuvo su camioneta muy cerca de allí para observar como ese embudo de viento característico se desplazaba provocando caída de árboles y arrasando con alambres, postes y hasta un tinglado.
En el campo de la familia Bibini volteó más de 10 plantas, a las parideras de los cerdos las desplazó unos 400 metros y las tiró dentro de una laguna, un carro lo corrió del otro lado de un alambre y acható un tinglado que protegía la maquinaria.
Al tinglado de hierro y chapa lo aplastó, torció las cabreadas y desplazó toda la estructura. En un sector del campo, más próximo al camino, el viento rompió la parte superior de un poste de cemento del tendido eléctrico.
Ese panorama se agrava con las pérdidas que ocasionó la tormenta, la piedra y el granizo alcanzaron a los lechones más pequeños y al menos unos 30 se murieron. Y con los otros animales debieron improvisar un lugar donde ubicarlos porque los lugares destinados están afectados por los árboles caídos y los alambres caídos.
Ante esta realidad, primero se lamentaron por lo sucedido, después afrontaron la impotencia, y después dejaron de la lado esos sentimientos para poner manos a la obra y empezaron a trabajar, como lo han hecho toda la vida, en ese lugar donde el padre de familia que ya no está plantó algunos de los árboles que se cayeron, y serán sus hijos los que los reemplacen para los que están y para los que vendrán. Una historia propia de aquellos que se han caído y se han levantado, porque la gente de trabajo jamás baja los brazos.
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