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12-03-2018
EL ÚLTIMO PRIMER DÍA EN ALBERTI
No hubo incidentes, ni intervención policial. Se produjeron reuniones en quintas privadas y en el parque.
El juego de palabras designa lo que se ha vuelto una tradición: el último primer día. Inclusive refleja una contradicción: si es último como es primero. Desglosado su significado es otro: se trata del primer día de clases del último año de la secundaria.

En los últimos años este día ha cobrado un gran protagonismo. A tal punto que se dimensiona de tal forma que los propios alumnos esperan con muchas expectativas ese momento. El interrogante surge: ¿el último primer día es más importante que el último día cuando se alcanzó la meta del título?

La respuesta puede ensayarse enfocada desde el punto de vista que se trata del último año que comparten con su compañeros antes de dejar atrás la escuela secundaria, y afrontar el desafío de los estudios superiores o del trabajo.

En Alberti, el último primer día no genera tanta repercusión pública como en otras ciudades donde tuvo derivaciones más críticas. Se han producido enfrentamientos entre alumnos de dos escuelas, con desmanes y daños a la propiedad pública y privada.

De hecho, en Bragado hasta el año pasado el intendente Vicente Gatica los invitó a desayunar en la Municipalidad para evitar los incidentes, y hoy en Chivilcoy se estableció un operativo con alrededor de 80 personas y varios móviles afectados, desde la policía local, Guardia Urbana, Dirección de Tránsito y Defensa Civil.

El UPD de Alberti no tuvo incidentes, hubo un grupo de alumnos que se concentró en el parque Municipal y otros lo hicieron en quintas privadas, luego pasadas las 7 se trasladaron a las escuelas para expresarse con cánticos e instrumentos de viento. La percusión y la música se escucharon durante gran parte de la noche y la madrugada en el parque.

El año pasado hubo al menos dos menores que debieron ser retirados por sus padres por encontrarse en estado de ebriedad, en este caso la Policía no tiene ningún reporte al respecto. Lo que señalan es que hubo menos alumnos que en 2017 y que fueron muchos los padres que no accedieron a que sus hijos sean parte de la fiesta.

Las opiniones en la redes sociales dividen las aguas, hay quienes sostienen que los chicos deben festejar porque es una etapa en sus vidas que está finalizando y se han ganado ese derecho, y por contrario, hay quienes sostienen que los festejos no deben afectar el derecho que tienen los vecinos del descanso.
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