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10-04-2018
EL FENÓMENO DE LAS SEQUÍAS
La falta de agua genera impacto en distintas partes del mundo. Es una catástrofe ambiental con influencia económica y social.
En muchas partes del mundo sufren actualmente una de las consecuencias más complejas del cambio climático y el calentamiento global: las sequías y la desertificación. Esta manifestación de la naturaleza, además de ser una catástrofe ambiental, se convierte en una debacle económica y social, por lo tanto resulta urgente detener su avance en el planeta.

En la actualidad, la sequía representa uno de los fenómenos ambientales más destructivo a escala mundial. En las áreas caribeñas, por ejemplo, en los últimos 30 años se ha producido un incremento en su frecuencia e intensidad. En sitios con economías agrícolas sufrir sequías es sinónimo de precariedad económica y destrucción de la mano de obra local.

De acuerdo a la clasificación establecida por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), la sequía puede ser dividida en cuatro grupos o categorías: metereológica, si la precipitación es más baja de lo normal en un espacio geográfico; agrícola, cuando la humedad de los suelos no cubre los requerimientos para obtener cultivos comerciales; hidrológica, cuando las reservas superficiales y subterráneas se encuentran por debajo de lo normal, y socioeconómica, cuando la escasez de líquido afecta a las personas.

El problema se agrava mientras a nivel histórico las sequías se manejaron siempre dentro de los dos primeros grupos mencionados, pasando como algo extraño en el clima o impidiendo alguna cosecha, en los últimos años la profundidad del fenómeno ha comenzado a comprometer las reservas de agua (secando ríos y arroyos ayer caudalosos) y afectando directamente a la vida social y económica de las personas.

La falta de agua, el hambre, las epidemias, los incendios y los desplazamientos de población son algunas de las graves consecuencias que pueden traer las sequías pronunciadas. La generación de corriente hidroeléctrica disminuye, el transporte se dificulta y toda la economía de una sociedad se resiente. Mientras tanto, el clima sigue aumentando la temperatura en el mundo y nada parece frenar el avance de las sequías.

Junto al impacto de las sequías, crece la necesidad de agua. La realidad es que cada 20 años las necesidades de agua a nivel mundial se duplican, causado por el crecimiento demográfico y la expansión del regadío. Con anterioridad a 1970, un 15% de la superficie terrestre era víctima de la sequía en alguna situación. En la actualidad, ese porcentaje llega a un 30%.

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