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06-07-2018
LA FISCALÍA SOSTIENE QUE EL DISPARO SE PRODUJO ANTES DE QUE INGRESE EL GRUPO HALCÓN
Fue lo que contó la doctora Virginia Pérez. La ayudante fiscal puntualizó en que lo que se originó era una cuestión de pareja. Además señaló que Fernández estuvo muy cerca de entregarse.
El programa de radio El Megáfono que conduce Marcelo Méndez que se emite por Mega 98.3 de Bragado, tuvo la posibilidad de entrevistar a la doctora Virginia Pérez, quien pertenece a la Ayudantía Fiscal de esa ciudad y fue quien estuvo representando a la justicia en el hecho en el que Valeria Olivetti recibió un disparo en su cabeza tras haber sido retenido en su domicilio una 11 horas por su pareja Javier Fernández.

La doctora Pérez explicó de qué manera conoce la situación la Justicia: “El primero que toma conocimiento a través de una comunicación de la Policía es el fiscal en turno, el fiscal Illanes, quien es anoticiado de una situación que en principio no parecía tan grave, en donde había existido un conflicto de pareja y el masculino no permitía el ingreso de ninguna autoridad a la finca. A partir de eso se disponen las primeras diligencias de rigor, en las primeras horas de la tarde del martes. En primera instancia al lugar llegan todas personas de Alberti, familiares del imputado, porque lo que se advierte a través de un vecino es una fuerte discusión en esta vivienda.

¿El vecino es el que da aviso a la Policía?

-Sí, a través de una tercera persona es quien le da la noticia al personal policial. Cuando transcurren las horas y se va percibiendo que la situación deja de ser un conflicto simple familiar, sino que estaba tomando otra tonalidad, donde empezaron a existir amenazas concretas de muerte y la presunta existencia de un arma de fuego en la vivienda, se dispone la presencia de un negociador. Quien llega al lugar para iniciar toda la tarea específica para lograr destrabar la situación. Hubo picos a lo largo de toda la negociación, pero llegó un punto horas más tarde, que a raíz de que se encontraban, estancadas las estrategias y realmente era difícil avanzar por el tenor del conflicto familiar, se decide convocar al grupo Halcón.

¿Qué pretendía el hombre?

-Uno de los problemas graves de la negociación fue que él no demandaba nada, si bien había existido un conflicto laboral, porque había sido despedido de su trabajo, lo cierto es que a él no le preocupaba ni pretendía nada al respecto. La cuestión era netamente conyugal, de pareja. Ellos hacía al menos un año que estaban en pareja.

¿El imputado había tenido algún tipo de denuncia?

-No, en el entorno familiar se conocía que mantenían un vínculo violento, pero no había existido en este caso puntual denuncias previas entre ellos. Sí, el imputado tenía denuncias de una ex pareja que había tenido. Pero con Olivetti no había ningún antecedente. El hablaba de un enojo por cierta infidelidad que había descubierto. Según sus dichos, y suponemos que sumado a la situación laboral es lo que lo lleva a tomar la decisión de retenerla en el domicilio con un arma de fuego. El no le exigía nada a ella, a la Policía, eso era un gran problema para el negociador. A partir de ahí tuvo que implementar una serie de estrategias a medida que se iba empapando del perfil psicológico del imputado, de lo que sucedía en la casa y cuál era la dinámica de la pareja. Se buscó destrabar la situación y que él se entregara. Se apuntaba a que ella muestre una actitud de no querer avanzar con una causa penal, ya que la situación con el correr de las horas lo comprometía.

¿Se llegó a hacer un acta? ¿Una propuesta concreta?

-Sí, la negociación tuvo muchos picos, altibajos, especialmente por la dinámica que se reflejaba en la pareja en el interior de ese domicilio. Había por momentos una negación, pero 40 minutos antes del desenlace fatal el accedió y estaba conforme para liberar a la víctima. Incluso hubo un acta donde ella firmó en el interior de la casa, se la pasaron por debajo de la puerta, donde refería que no había sufrido ningún tipo de intimidación y que iba a hacer agregada a la presunta causa penal. Habían accedido a eso, ya no había manifestaciones violentas dentro de la casa, se había logrado cierta calma y había una proyección de éxito que en minutos se derribó. Creo yo producto del desequilibrio emocional que esta persona estaba sufriendo.

¿La familia del él intercedió?

-Se mostraron colaborativos en todo momento, fue a hablar la madre, siempre a través de una ventana, no se podía ver ni ingresar a la casa. Después un tío con el cual tenía muy buen trato, ellos trataron de interceder en los primeros momentos pero luego se le tuvo que dar intervención a los mediadores y luego al grupo Halcón.

¿Cómo se produce el desenlace? ¿Cuándo fue le disparo?

-En determinado momento empezó a llamar al negociador y a despedirse, a querer hablar con su hijo menor y despedirse, a agradecer porque se lo escuchó. Había logrado un buen vínculo con el negociador. Una empatía, confiaba en cierto punto. Una psicóloga que lo atiende al imputado tuvo contacto con el negociador para que tuviera el perfil y a partir de ahí establecer una estrategia de intervención. La despedida llamó poderosamente la atención, el bajón anímico repentino del imputado, es que el negociador solicita que se despliegue el grupo táctico – estratégico. Se apostaron en lugares como para ingresar mientras se continuaba hablando, y un momento dado desde el comité de crisis que era en una casa lindera donde estaban las máximas autoridades policiales y nosotros trabajando, se escucha el disparo porque el garaje donde estábamos está pegado a la habitación donde ellos estaban, y ahí inmediatamente el personal del grupo Halcón ingresa y lo reduce, lo que le costó mucho porque estaba en un estado de exacerbación y de exaltación muy importante. La chica ya estaba tendida en el interior de la habitación con el disparo en la cabeza. El arma de fuego la tenía él en su poder, se la quintan, lo conducen primero al Hospital de Alberti y luego a Junín.

El había amenazado con matar a la mujer y suicidarse. ¿Se efectuó otro disparo?

-Hay un indicio, porque hay un proyectil que quedó en el cañón del arma 38 con el que le efectuó el disparo a la mujer. Pero no sabemos a quién estaba dirigido. Sus manifestaciones permanentes durante todo el tránsito de la situación fueron: la voy a matar a ella y me voy a matar yo.

¿Cómo evalúa el accionar de todos los actores que no pudieron evitar que la mujer sea baleada?

-Son casos muy difíciles de abordar, porque no estamos hablando de un banco ni de la toma de rehenes en una comisaría donde concediendo ciertas peticiones se puede llegar a destrabar el conflicto. En estos casos de violencia familiar es muy difícil lo psicológico. Desde la fiscalía consideramos que fue un trabajo absolutamente profesional, se siguieron todos los protocolos, intervinieron los que lo tenían que hacer, no se permitió que ninguna persona participe de la negociación. Destaco el profesionalismo de los negociadores, del grupo Halcón y de manera especial de la comisaría de Alberti.
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