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30-08-2018
LA INFLUENCIA DEL NIÑO
En la sede de Productores Rurales disertó anoche la licenciada Stella Carballo, que es especialista en climatología. Lo hizo en función del comportamiento que tendrá en clima respecto de la campaña agropecuaria 2018-2019.
Stella Carballo es una destacada divulgadora de las problemáticas del clima y de la agrometeorología, suele ser convocada por las asociaciones del sector agropecuario para hablar sobre perspectivas climatológicas. De hecho, al menos una vez al año es convocada por Productores Rurales de Alberti para que exponga sobre el comportamiento del clima asociado a la producción agropecuaria.

En esta oportunidad, Hizo una comparación en función de lo sucedió en la campaña anterior y lo que ocurrirá en la que viene: “Ente Julio de 2017 y Julio de 2018 nos acompañó el fenómeno Niña que es de enfriamiento en el Océano Pacífico, lo que significa que para nuestro país, sobre todo para la Región Pampeana, tiene un efecto negativo con las lluvias de lo que nosotros llamamos la primavera tardía y el verano. Fue una Niña fuerte, con lo que cual la restricción de lluvias tuvo su impacto que se agravó con las altas temperaturas del verano. Y eso se tradujo en un impacto que recibieron los cultivos sembrados de manera tardía, como la soja de segunda que fue la más impactada. Este año el panorama viró 180 grados, estamos en presencia de un Niño. A medida que van pasando los meses hay una perspectiva desde el punto de vista de los pronósticos que nos marca que va a ser un Niño moderado, y así como el año pasado tuvimos una Niña fuerte, ahora estamos ante un fenómeno que en noviembre o diciembre puede generar mayor frecuencia de lluvias. Por eso decimos que se van a producir tormentas que van a ir aumentando de volumen”.

¿Las lluvias del fenómeno Niño son propicias para la producción?

-Todas las lluvias son bienvenidas para la producción, porque cuando se da el fenómeno de sequía comprobamos que no hay nada peor en los cultivos y en la producción general del país, considerando que el año pasado perdimos 35 millones de toneladas de soja. El efecto es realmente dramático en los cultivos cuando estamos en presencia de una sequía. En una inundación se nos ocasionan problemas de logística, para levantar los cultivos en tiempo y forma, hay mayor riesgo de enfermedades. Pero cuando hacemos el balance final, siempre cierra muchísimo mejor la lluvia que un año de sequía. Las complicaciones se darían si a un año Nino le sigue otro Niño. Ahora estamos preparados para resistir lluvias por lo que sucedió en el período anterior.

¿Cada cuánto se puede esperar la lluvia?

-Con un Niño aumenta la frecuencia, habrá más lluvias persistentes. Siempre se puede sembrar, siempre se levantó la cosecha, insistimos en que el saldo final de un Niño siempre ha sido positivo.
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