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| 26-09-2019 |
| DEL PEDIDO DE JUSTICIA A SU CANDIDATURA COMO DIPUTADA |
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Es mamá de uno de los fallecidos en la tragedia de Once, hoy busca convertirse en diputada nacional por el oficialismo. |
María Luján Rey hoy es candidata a diputada nacional por Juntos por el Cambio, pero además su historia tiene que ver con ser la madre de Lucas Menghini, uno de los 51 muertos de la tragedia ferroviaria de Once.
Esta mañana fue recibida en el Concejo Deliberante por Silvina Vaccarezza y Gustavo De Pietro, está recorriendo la zona en plena campaña electoral sin apartarse de su lucha que la llevó a ser protagonista de un fuerte reclamo por la responsabilidad de los funcionarios en esa tragedia.
“En el 2012 cuando ocurre la tragedia de Once nos encontramos, además del dolor por la pérdida de un ser querido, con una sociedad que se espantó y se sintió conmovida por tanta muerte, pero que tenía un dejo de resignación que en nuestro país nunca nadie pagaba por las consecuencias de un acto de corrupción y pese a esa resignación, decidimos acudir a la justicia, que estaba desacreditada y poco confiable, pero era el camino necesario y correcto. Y allí pusimos todas nuestras esperanzas. Y hemos logrado que todos los responsables de la tragedia hoy estén cumpliendo una condena, desde el primero al último, se hicieron dos juicios que se desarrollaron en tiempos inéditos. Hoy Julio De Vido, ex Ministro de Planificación y Transporte, está condenado por la tragedia de Once. Y eso no sólo nos da la paz y la tranquilidad de haber elegido, no el camino más fácil, si no el correcto. Los argentinos de bien sabemos que hay un corrupto menos en condiciones de ocupar un cargo público porque la sentencia establece que todos ellos están inhabilitados para ejercer algún cargo público”.
¿Por qué el salto a la política? ¿Por qué la elección de este espacio?
-Elijo este espacio porque es con el que siento y comparto los valores del país a futuro. El valor del esfuerzo, de no elegir el atajo, de elegir lo difícil y hacerse cargo de las dificultades, para ir por un objetivo que nos trasciende. No sólo pensando en nosotros y en el ahora, sino en mañana y en nuestros hijos. Cuando enterré a mi hijo, bien podía haber pensado que mi vida terminaba ahí, pero soy mamá y Lucas me dejó una hija hermosa. Sentí la responsabilidad de pensar en mi hija y en mi nieta, para que ellas vivan en un país mejor. Y esa es la responsabilidad que hoy me lleva a aceptar el desafío de ser parte de la política de nuestro país en este espacio que tiene el valor de la verdad, de la palabra, del respecto, del esfuerzo, de la libertad, y otros tantos valores que hemos ido recuperando para hacer un país mejor.
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