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20-12-2019
HALLAN CHICLE DE HACE 6.000 AÑOS QUE AÚN CONSERVA EL ADN DE QUIEN LO MASCÓ
Los rastros de genoma humano fueron encontrados en lo que habría sido corteza de abedul. Los científicos en Dinamarca pudieron determinar que la goma fue mascada por una mujer integrante de la comunidad de cazadores en la Edad de Piedra.
El ADN femenino, las bacterias orales y hasta el virus que su propietaria tenía en la época, fueron los elementos que científicos encontraron en un chicle de hace aproximadamente 6.000 años. El descubrimiento llegó a los laboratorios luego de que un grupo de arqueólogos identificara un grumo de brea o alquitrán de abedul cubierto por lodo, los paleontólogos señalaron que los antiguos humanos solían mascar una resina obtenida de la corteza de ese árbol. Piedras como estas ya se han encontrado antes, la mayoría en el sur de Europa, junto con las marcas de dentadura.

Para la comunidad científica estas muestras de dentadura han permitido analizar mucha información genética de la época. Del análisis del genoma humano, hallado en la goma de mascar, hasta el momento han podido concluir que se trataba de una mujer de tez y cabello oscuro y ojos claros. Según la revista Nature Communications, donde se publicó esta semana la investigación, esta sería la primera vez que se extrae ADN antiguo de otro material que no sea un hueso.

De la mascadora se sabe que estaba genéticamente vinculada con los cazadores y recolectadores de la Europa continental, ubicados hacia el centro de Escandinavia. "Es el sitio más grande de la Edad de Piedra en Dinamarca y los hallazgos arqueológicos sugieren que las personas que ocuparon el enclave estaban explotando en gran medida los recursos silvestres en el Neolítico, que es el período en que la agricultura y los animales domesticados se introdujeron por primera vez en el sur de Escandinavia", indicó Theis Jensen de la Universidad de Copenhague, a la BBC.

Además de los rasgos físicos que pudieron determinar, encontraron también varias bacterias que se alojan naturalmente en la boca y patógenos que causan fiebre glandular y neumonía. Para los investigadores este es un descubrimiento necesario que permite ver el desarrollo de virus alrededor de los años.

"Poder recuperar este tipo de genomas de patógenos antiguos de materiales como este es bastante emocionante porque podemos estudiar cómo evolucionaron y cómo son diferentes a las cepas que están presentes hoy en día", comentó Hannes Schroeder, de la Universidad de Copenhague, uno de los autores del estudio a la BBC.
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