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03-01-2021
MURIÓ EL COMANDANTE MAYOR EN RESERVA DE BOMBEROS VOLUNTARIOS JOSÉ MARÍA GANDINI
Una pérdida que conmovió a la comunidad de Alberti y en particular a los Bomberos. Ingresó a las filas del Cuerpo Activo en el año 1968, ocupando el cargo de Jefe de Cuerpo entre 1997 y 2009.
A la edad de 69 años murió el viernes 1 de enero por la noche José María Gandini. Se había contagiado de COVID-19 y estaba internado en un centro asistencial de la ciudad de Junín. Su despedido estuvo a cargo de una formación en el cuartel de Bomberos Voluntarios por donde pasó el cortejo fúnebre.

José María Gandini fue Bombero Voluntario de Alberti por más de 50 años. Llegó a ser jefe de Cuerpo Activo con el escalafón de Comandante Mayor. Si bien en este tiempo se había retirado, pertenecía a la reserva, colaboraba con el Consejo Directivo y cumplía las guardias de emergencia en el cuartel.

En una de las entrevistas que realizó para la revista que publica todos los años la institución, había expresado una definición de lo que era para él pertenecer a los Bomberos: “bomberos se te mete debajo de la piel y no te lo podes sacar”.

A continuación reproducimos una nota realizada en el año 2008:

El jefe, como todos los llaman, está agotando su tiempo de servicio. Es el conductor de un equipo que sufrió una gran transformación a partir de las capacitaciones y la adquisición de materiales. La historia de Gandini en cierta manera es la de bomberos.
Los Bomberos Voluntarios representan un recuerdo de la infancia para el Jefe José Gandini. Cuando se fundó el cuerpo, un chico de apenas 8 años entregó la primera bandera que pertenecía los Boy Scout de Alberti. Su tía abuela era la presidenta de esta organización y donó esa bandera al cuerpo de bomberos. Ese niño, años después, se incorporó al cuerpo, lleva cuatro décadas en la fuerza y diez años como Jefe del Cuerpo Activo.

-¿Hay algún antecedente familiar en Bomberos Voluntarios?

- La historia en Bomberos empieza conmigo. Cuando tenía 16 años ingresé como aspirante y dos años después ya entré como bombero. En esa época cuando comencé éramos muy pocos, iba a los incendios con autorización de mis padres. Cuando cumplí la mayoría de edad me convertí en bombero.

-¿Cómo era ser bombero en esa época?

- Era muy lindo… No teníamos muchos elementos. Había un solo camión que era el Chevrolet 36 y al equipo lo compartíamos entre todos. Teníamos algunos sacos de cuero, cascos de chapa y botas de goma que los usaban los primeros que llegaban. No había overol, guantes, todo lo que teníamos era eso. El cuartel estaba al lado de la Municipalidad. Recuerdo que un año cuando era aspirante se vino un fuerte viento que nos voló el techo, lo embolsó y se lo llevó. Tuvimos que rehacer todo el techo y lo volvimos a armar. Teníamos una sala que era vestuario, cocina, lugar de reuniones, hacíamos todo ahí.

-¿Cómo se convocaba a los Bomberos Voluntarios?

- Se tiraba la bomba en la comisaría, la policía venía al cuartel, el primero que llegaba tocaba la sirena y ahí recibíamos de parte del policía qué era lo que había pasado y adónde teníamos que ir.

-¿No había mucha demanda?

- En esa época había incendios solamente. A partir del año 1978 comenzamos a ir a los accidentes. No es que no había ninguno, si ocurrían no nos llamaban, pero igual no se producían porque la ruta no estaba tan transitada como ahora.

-¿Qué es lo que vio con el paso del tiempo en Bomberos?

- Lo que principalmente se ve es el progreso y la satisfacción que tenés, al mirar para atrás, de cómo fuimos avanzando en la capacitación, cómo crecimos. La capacitación en los primeros tiempos se hacía en base a las necesidades que iban surgiendo. Ahora es muy diferente, hay muchas sustancias peligrosas que circulan por la ruta, hay mucho más tránsito, por eso hay que capacitarse al ritmo que impone este tiempo. Antes hasta se colaboraba con las ciudades vecinas, fuimos a trabajar cuando se prendió fuego la estación de ferrocarril y el hospital de Bragado.

- ¿Ahora la situación representa una mayor seguridad para la gente y para los bomberos?

- Sí, sí. Alberti se puede quedar tranquilo con los bomberos que tiene, cómo están capacitados y equipados. Siempre algo falta, pero se trata de estar al día. Y para el bombero la seguridad no sólo está representada por la protección de los equipos, ahora hay mutuales, jubilación, seguros. Antes no existía ninguna cobertura, si tenías un accidente no había ningún respaldo. En un simulacro se nos quemó un bombero y como trabajaba en la Acería tenía una mutual que lo cubrió, pero como bombero no recibió nada.

- Con tanto tiempo en la institución, cuando se vuelve la vista atrás hay bajas que son significativas…

- Los que estuvieron poco tiempo y dejaron la institución, uno se los encuentra por la calle y los conoce, tiene cierto trato. Pero a los que más se extraña es a los que estuvieron hasta el final y por la ley de la vida ya no están.

-¿Está pronto el retiro o todavía no lo analiza?

- Creo que sí (es el primer momento de charla donde se le escapa una sonrisa). El cuadro de oficiales está casi completo, así que por ahí se van a llevar una sorpresa. No sé si en breve, pero la idea es que sea el 2 de junio cuando se hagan las incorporaciones y el personal pase a reserva… Vamos a ver qué pasa.

-¿Qué se le dice a una familia que tiene un padre, un esposo y un abuelo bombero?

- Nosotros tenemos que agradecer a la familia por el aguante que tiene, realmente es así. Es bravo para una novia, una esposa, una madre cuando suena la sirena y el marido, el hijo, o el papá se van…y se fueron. Nosotros venimos al cuartel porque nos gusta, no miramos el riesgo cuando venimos. No vemos el riesgo que podemos llegar a correr. No sólo cuando venimos al cuartel sino cuando vamos al siniestro. No se mide la velocidad, por eso hay que ir haciendo muchos cálculos cuando se va. Hay que llegar rápido y llegar con todo lo que se lleva. Y lo que llevás son vidas. Hay que ser cuidadosos para prestar el servicio que tienen que prestar.

- De eso se trata bomberos: ¿De prestar servicio?

- El bombero desde el momento que suena la sirena se olvida de todo. Quizás a los que trabajan de bomberos no les ocurre lo mismo que a nosotros que cambiamos de un estado a otro completamente distinto. A lo mejor estás haciendo determinado trabajo, sonó la sirena y dejás lo que estás haciendo para ir al cuartel. Cuando llegás y ves el cartel que indica el hecho, te tranquilizás o te ponés más nervioso, según se trate de un incendio o de un accidente. Una vez hicimos un simulacro de salida y cuando llegaron a la calle los detuvimos y les tomamos la presión arterial, las pulsaciones, y se habían ido a las nubes.

- ¿El bombero se puede permitir flaquear en alguna circunstancia donde está involucrado algún allegado?

- Creo que lo que me pasa a mí, le sucede a la mayoría. En ese momento uno trabaja, cuando concluís quedás sentido, más si es un accidente, si estaban involucrados chicos. Quedás sentido, es normal…

- ¿Qué cree que se va a llevar de la institución cuando se vaya?

- Nada, porque voy a seguir agarrado a la institución siempre. Una vez le dije al presidente una frase: Bomberos se mete debajo de la piel y no te lo podés sacar. Es como si fuera un tatuaje que no te lo podés borrar. A mi me parece que retirarte es irte del servicio activo que podés llegar a prestar en el momento del toque de sirena, pero dejar la institución no lo hacés nunca.

- ¿Qué le está dejando a la institución con cuarenta años de servicio?

- Lo poco que pude haber enseñado…
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