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24-02-2021
EL ARZOBISPO TAMBIÉN SE PRONUNCIÓ SOBRE LAS VACUNAS VIP
Una voz de la iglesia cuestionó que las vacunas sean de un grupo y no un bien de todos. Dijo que no es tiempo para un mal ejercicio del poder.
El Arzobispo Metropolitano de Mercedes- Luján, Jorge Eduardo Scheinig, pronunció un mensaje sobre la situación actual en relación a las vacunas contra el covid-19. En este pronunciamiento propone el cuidado de la comunidad y la participación ciudadana y la participación social.


Este es el mensaje del arzobispo:


“Reflexiono brevemente sobre el tema de las vacunas. Considero que son un bien de la humanidad, deberían ser un patrimonio de la humanidad, éstas y tal vez otras.

No son, no deberían ser de un grupo, son un bien de todos, que necesitamos administrarlo bien, con máxima responsabilidad, con máximo cuidado, sobre todo cuando se convierte en un bien escaso como es el caso de nuestro país. Tenemos pocas vacunas y en tiempos que uno creería que son lentos.

Administrar un bien escaso es un desafío enorme, que requiere de nuestra dirigencia política, de nuestros líderes sociales, en todos los estamentos, nacional, provincial, municipal, una conducta moral enorme.

Porque hoy la vacuna se convierte en un bien escaso, pero tal vez, el día de mañana, puede ser un alimento, puede ser el agua.

Es posible que muchas veces tengamos que aprender cómo administrar estos bienes escasos.

Me parece a mí, que no es entonces tiempo para un mal ejercicio del poder. Tenemos que cuidar cómo ejercitamos el poder, sobre todo, no tentarnos a buscar atajos, privilegios, que salva a uno, pero puede dejar a muchos afuera, a otros más necesitados., que deberían ser entonces los privilegiados.

Los invito a dos desafíos, a ustedes, querida comunidad:

El primer desafío es cuidar la comunidad. El Papa Francisco nos insiste en la fraternidad, vivir la amistad social. Son tiempos para cuidar que somos comunidad, llamados a vivir juntos.
En el comienzo de su pontificado, el Papa nos invitaba ya a no perder, a no dejarnos robar la alegría, la esperanza, a no dejarnos robar la fraternidad, la comunidad.

Hay algo que es como un gusano que va carcomiendo el corazón y también las relaciones y la forma de vincularnos, que es el individualismo. Cuando estamos tomados por el individualismo, nos ponemos a la defensiva y hacemos del “sálvese quien pueda” una forma de vida.

Y nosotros estamos invitados, por el Maestro, por Jesús, a vivir de otra manera; el Amor, el Amor evangélico, que es entrega, que es generosidad, que es solidaridad, que es sacrificio por el otro, priorizar al otro, no priorizarse a sí mismo. Y ayudar también a que otros prioricen el bien común.

El segundo desafío. Los invito a la participación ciudadana, a la participación social. Es muy importante que juntos tengamos el gusto de hacernos cargo de lo que es común, de la cosa pública, el bien común.

De nuestras comunidades deberían surgir vocaciones genuinas, por el trabajo social, por el trabajo político, que requiere dedicación, capacidad de dar tiempo, de dar vida. Es fundamental que esto sea para nosotros un desafío sentido.

Chicas, chicos, personas que tengan ganas de dar su vida por los otros; construir la nación, construir el municipio, construir en lo común.

Pero también todos tenemos que hacernos cargo, involucrarnos más, participar más en la cosa pública. Tenemos que ejercer nuestros derechos y nuestros deberes ciudadanos.

Tenemos derecho a saber, tenemos derecho a la información, tenemos derecho a saber cómo se van tomando las decisiones, cuáles son las decisiones que se toman, y cuáles son los criterios que están de fondo de esas decisiones, tenemos derecho al seguimiento de las cosas que se deciden, si salen bien o salen mal, y si salen mal, por qué salen mal.

Uno creería que no alcanza sólo con votar cada dos años. Deberíamos nosotros tener esa capacidad de involucrarnos más en la cosa pública. Por supuesto también que eso se convierte en un deber, en un deber sentido.

Queridas hermanas, queridos hermanos. No se dejen tentar por este tiempo difícil, pero que puede llevarnos a desentendernos de la realidad, que es la realidad de todos nosotros. Necesitamos sentir que estamos en la misma barca, que estamos remando juntos y las dificultades podemos ir sorteándolas si estamos juntos”

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