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20-12-2011
CON PEDIDO DE PUBLICACION
Una carta de Fernando Corominola habla de la postura asumida por los dirigentes de la UDESO y sus acusaciones.

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Desde el pasado acto eleccionario del 23 de Octubre, estoy observando a través de los medios de comunicación la manera en que el candidato a intendente por la U.DE.SO. se manifiesta con total ligereza batiendo el parche del fraude desde el momento mismo de finalizados los cómputos provisorios que lo estaban dando ganador por tres votos y sus adversarios no reconocieron públicamente su triunfo como es de práctica.

Esa misma noche, entre abrazos y agradecimientos se dirigió a sus electores calificándolos como aquellos que no se habían dejado comprar y votaron con inteligencia, lo que por regla de oposición indicaría, sin duda, que quienes no habíamos optado por su elección, tal mi caso por ejemplo, seríamos algo así como una especie corrupta o mentalmente incapaces de alcanzar un grado intelectual que nos permita discernir libremente y por supuesto, optar por su excelsa candidatura. Si así fuera el caso, podríamos imponer un sistema de voto calificado y evitar ser insultados con semejante impunidad.
Pasadas algunas horas, se me ocurrió pensar que tales manifestaciones respondían a la excitación del momento, el triunfalismo de los parciales festejando, la música, los bocinazos y el posible susurro al oído de algún alcahuete que nunca falta en esas ocasiones y aconseja como tal, es decir mal.

Pero, con el transcurrir de los días fueron apareciendo otras apreciaciones del tipo: “hay que defender la democracia”; “intento de cambiar en un escritorio la decisión del pueblo en las urnas”; “no vamos a dejar que se tuerza la voluntad popular” y muchas otras que no viene al caso enumerar. A esto se sumaron marchas con diversas consignas, culminando con el mejor espectáculo piquetero-panfletario en el corte de ruta. Todo en clara oposición a que se vuelvan a escrutar algunas mesas, cosa que no llegué a entender, ya que si todas las cuentas estaban bien y los fiscales habían dado muestras de probidad, ¿porqué oponerse? Valga recordar que la transparencia de un cuerpo expuesto a la luz es siempre la misma, cualquiera sea el ángulo desde donde se lo mire. Con esta actitud, se fue creando un clima de sospecha que salvo algunos enfrentamientos menores, afortunadamente, no produjo otros hechos que hoy tendríamos que estar lamentando.

Ahora bien, a la luz del recuento efectuado por la justicia electoral con total transparencia y en presencia de los interesados, quedó claro que los votos estaban mal contados, en realidad todo aquello habría pasado de no mediar esta revisión. Es decir, la voluntad popular se habría visto vulnerada y no expresada fielmente en lo que el electorado eligió con su voto si como reclamaba este señor, los candidatos de la otra fuerza política lo hubieran reconocido como ganador o bien hubiese quedado firme el fallo en primera instancia que desestimó el pedido de apertura de urnas.

No obstante, y a pesar de que la justicia se expidió claramente sobre el asunto, ahora continúa la musiquita con la “sensación de injusticia”. ¿De que injusticia estamos hablando señor Director?, la injusticia se habría cometido justamente si no se realizaba el recuento.

Entonces, sería bueno y sano terminar de una vez con este asunto y dejar de inocular discordia para ponerse a trabajar desde el lugar que cada uno ocupe, procurando un futuro mejor para el conjunto de la comunidad. Así, organicemos marchas con los colores nacionales y salgamos a cortar la ruta para decirles a los transeúntes que aquí hay un pueblo que quiere crecer y que los dirigentes políticos están dispuestos a hacer algo al respecto de una vez por todas.

Fernando Corominola
DNI: 8354812
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