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21-12-2011 |
EL PAIS MAS FELIZ DEL MUNDO |
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Entre los índices más extraños que se han creado para medir cuestiones que le interesan a un país, se encuentra el Índice del Planeta Feliz (en inglés: Happy Planet Index).
Este es un índice alternativo de desarrollo publicado por New Economics Foundation (nef), que se encuentra basado en tres aspectos: 1) expectativa de vida, 2) percepción subjetiva de felicidad y 3) huella ecológica.
La segunda compilación global del Índice del Planeta Feliz (IPF) que se hizo estaba basado en datos corroborados de 143 países que representan el 99% de la población mundial.
De todos ellos el gran ganador fue Costa Rica, país en donde la esperanza de vida al nacer es de 78,5 años (solamente superada por Canadá, en donde es de 80 años), el 85% de la gente dijo ser feliz y estar satisfecha con su vida, y en donde “se está muy cerca de alcanzar equilibrio entre lo que se consume y lo que ofrecen los recursos naturales”.
Del top ten del índice, nueve naciones están en Iberoamérica, y son -además de Costa Rica- República Dominicana, Jamaica, Guatemala, Colombia, Cuba, El Salvador, y Brasil.
Otras conclusiones que se obtuvieron de analizar los resultados del ïndice es que:
* 1) Los países más ricos no son los más felices. De hecho los más “poderosos” o que encabezan otros rankings (de PBI, o demás) como Suiza o Estados Unidos, no están entre los primeros países. De hecho, los países que se supone deberían representar un desarrollo exitoso son los que peor calificación tienen en términos de crear bienestar dentro de los límites de la Tierra:
* 2) La mayoría de los que están entre los primeros son países insulares con increíbles playas.
* 3) Costa Rica es un país de paz y hace más de 60 años que no tiene fuerzas armadas
Según sus creadores, el IPF es la medida definitiva de eficiencia pues examina en detalle la economía desde su producción positiva (vidas con duración y felicidad variables) y sus inversiones esenciales (recursos limitados de la Tierra) y proporciona una guía irrefutable de lo que fundamentalmente nos interesa: nuestro bienestar en términos de vidas prolongadas, felices y con propósito y de lo que importa al planeta: nuestro promedio de consumo de recursos.
Según ellos, es necesario trazar un nuevo camino hacia una economía de alto bienestar con bajas emisiones de carbono, antes de que nuestros estilos de vida de alto consumo nos arrojen en el caos de un cambio climático irreversible. En general, el IPF revela que el mundo va encaminado en la dirección equivocada.
Ningún país mencionado en el IPF 2.0 logra los tres objetivos de alto bienestar, alta esperanza de vida y vida en un solo planeta, pero las diferencias entre las naciones muestran que es posible vivir vidas prolongadas y felices con huellas ecológicas mucho más pequeñas que las de las naciones con mayor consumo. Para muchos en occidente, la lucha por incrementar los ingresos se ha dado a expensas del capital social y de la salud mental. El desafío, dice el informe, no es el de no continuar aumentando los ingresos monetarios sino asegurar vidas significativas y fuertes lazos sociales. A menudo, lograr estos propósitos significa reducir el enfoque en el consumo y dedicar más tiempo a otros intereses.
El IPF muestra que se pueden lograr vidas largas y felices con niveles mucho más bajos de consumo de recursos.
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