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16-02-2012 |
EL PROBLEMA DEL JARRON CHINO |
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Cada vez que hay recambio de gobiernos, comienzan las elucubraciones sobre que hacer o que espacio darle a tal o cual líder político, sin menospreciar su trayectoria y su prestigio.
Sostiene una teoría que los grandes líderes políticos jubilados -presidentes, gremialistas, senadores, y diputados- son como los jarrones chinos: casi todo el mundo los valora, pero nadie sabe muy bien dónde ponerlos.
Es el drama de los que lo han sido todo pero a los que la sociedad no encuentra la forma de extraer rendimiento en la otra vida.
Fue Felipe González quien popularizó el término "jarrones chinos" para referirse a los expresidentes del Gobierno: objetos inútiles que nadie sabe dónde colocar en la casa. Pero el verdadero creador de la expresión sería el ex presidente venezolano Rafael Caldera, que la utilizó para referirise a si mismo en una cumbre regional de paises latinoamericanos.
Una posibilidad que tienen éstos líderes es regresar a la arena política, ya que la ciudadanía en general, probablemente no vería con malos ojos el retorno de quienes acumulan caudales importantes de prestigio. Pero es muy probable, sin embargo, que este prestigio provenga justamente del hecho de que están retirados, de que ya son en efecto auténticos jarrones chinos.
En Argentina, casi no hay politicos de los cuales se pueda decir eso: salen tan maltrechos despues de los años de ejercicio público que nadie quiere estar cerca. En efecto, aquí para referirse a los políticos, más que la expresión de “jarrón chino” se utiliza la del “carbón”: si no te queman te ensucian.
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