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05-03-2012 |
LA PLAGA DE LA PAZ |
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Un proyecto de ley presentado en el Congreso nacional propone que se declare plaga a la superpoblación de palomas en la Argentina. La información aparece para disparar un debate y cuestionar, además, aquella metáfora que las señala como mensajeras universales de la paz: ocurre que no sólo serían portadoras de buenas noticias. Se estima que la emblemática ave ha provocado pérdidas de unos 300 millones de dólares a la agricultura nacional. El girasol y el sorgo son sus víctimas.
Para la Organización Mundial de la Salud, una especie es plaga cuando su aparición masiva puede dañar a poblaciones animales, vegetales y humanas. Según la propuesta y los médicos veterinarios, este animal en apariencia inofensivo es la pesadilla de productores agropecuarios, un enemigo del patrimonio arquitectónico urbano y además una amenaza para la salud pública por el tipo de enfermedades que puede transmitir.
“La población de palomas crece 3,6 veces por año y genera perjuicios para el campo y para los habitantes de las ciudades: es una grave plaga” , explicaba el diputado pampeano, Ulises Forte, autor del proyecto de ley.
En el campo, las palomas picotean, comen los cultivos y provocan pérdidas inesperadas. La torcaza, con poblaciones de hasta 40 millones de ejemplares, se hizo un banquete en distintas cosechas de La Pampa, Santa Fe y Entre Ríos con daños que variaban, según fueran calculadas por productores o técnicos, entre 20% y 80% del total.
En la ciudad, los efectos se multiplican. Su materia fecal produce un hongo corrosivo que daña la superficie de monumentos y edificios.
Pero el punto más crítico sigue siendo el de las enfermedades. El Instituto de Zoonosis Luis Pasteur investiga enfermedades transmitidas de animales a seres humanos. Su director, opinaba que: “Las palomas transmiten enfermedades bacterianas como la psitacosis, que si no se trata puede derivar en una neumonía atípica que puede llegar a matar. También Escherichia coli , a través de la materia fecal. Ocurre que, cuando los tanques de agua no están tapados, defecan adentro y eso provoca fundamentalmente diarreas. Además, un ácaro en su pluma da sarna y cuando hay mucho contacto con ellas pueden contagiar piojos”.
Explican los expertos que las heces, una vez que se secan, se vuelven una potencial amenaza. Cuando esto sucede, se convierten en un polvo que es llevado por el viento y que puede ingresar por las vías respiratorias, pudiendo transmitir enfermedades, en particular cuando lo que se dispersa son ciertos hongos capaces de provocar severas dolencias al ser humano.
El gran problema, destacan los especialistas, es que se reproduce a un ritmo frenético, ya que carece de predadores por no ser un ave autóctona, sino una especie introducida.
Para convivir con ellas, varios expertos señalan que la mejor medida para evitar la expansión de las especies que habitan la ciudad -entre las que predominan la torcaza y la picazuró- es evitar que tenga alimento disponible.
También existen estrategias para espantarlas. En algunos edificios se colocan unos pinchitos que evitan que se puedan posar o anidar, en otros se usa el canto de un ave rapaz o una explosión de sonido, y en última instancia en ciertas propiedades se recurre al cierre de aberturas.
En los cultivos extensivos, el manejo de aves plagas presenta un desafío particular, pues no existe una única medida de control que ofrezca resultados inmediatos, eficiente en términos económicos y con bajo impacto ambiental.
Además, los especialistas señalan que uno de los principales factores que regularían la abundancia de palomas sería el alimento disponible a lo largo del año. Por esto, todas las medidas que se adopten para disminuir la cantidad de granos disponibles en el campo contribuirían a mantener las poblaciones de palomas en niveles tolerables.
Otras alternativas serían:
-Coordinar las fechas de siembra con varios productores de la zona, para intentar aumentar la oferta simultánea de recursos y disminuir así las probabilidades de daños concentrados en pocos lotes aislados.
-Evitar la siembra de cultivos atractivos en lotes aislados y/o cercanos a recursos para las aves (montes, cursos de agua, etc.).
-Utilizar curasemillas con principios activos que tengan propiedades repelentes para las aves, como el imidacloprid y/o metiocarb. Sin embargo, cabe aclarar que en la Argentina no hay productos registrados para el control de aves, por lo cual el uso de cebos tóxicos está prohibido. Estos métodos generan fuertes impactos ambientales, no sólo para las aves sino para toda la red alimentaria, con lo cual los impactos de toxicidad pueden llegar a afectar la salud humana.
-En el mediano plazo, y en la medida de lo posible, rotar los cultivos, para disminuir la oferta continua de recursos y también evitar la fijación de sitios específicos de alimentación por las aves.
-Usar variedades o cultivares menos susceptibles o más resistentes (ej: sorgo antipájaro, variedades de girasol con mayor inclinación de los capítulos)
-Cosechar anticipadamente, mediante el uso de desecantes, para disminuir el período de susceptibilidad del cultivo.
-Disminuir el alimento disponible (cantidad de granos en el campo), a través de mayor eficiencia de cosecha, con menor dispersión de granos en rastrojo y minimizar las pérdidas durante el transporte. Entre las recomendaciones, los técnicos del INTA puntualizaron que “lo ideal sería que no se pierdan granos durante el proceso de cosecha de girasol porque -junto a los rastrojos- servirán de alimento, permitiéndoles mantenerse, crecer y reproducirse”.
-Control de la reproducción: disminuir o evitar que las aves se reproduzcan normalmente, por ejemplo destruyendo los nidos de palomas.
-Captura mediante trampas y posterior ejecución de individuos.
Además de todo ello, se ha indicado que las aves se acostumbran rápidamente a los repelentes auditivos y visuales, por lo que se sugiere combinarlos y variarlos tanto en el espacio como en el tiempo (es decir, moverlos de un sitio al otro, aplicándolos con un patrón aleatorio, no predecible). Asimismo, en el caso de los repelentes auditivos, deben ser utilizados antes de la salida del sol, cuando las aves comienzan a llegar al lote. No sería recomendable utilizar dispositivos auditivos una vez que las aves están dentro del lote, porque usualmente es más difícil persuadirlas para que abandonen el mismo. Finalmente, estos dispositivos requieren ser persistente en el período crítico de daño (5-7 días).
Combinar la estrategia anterior con la oferta de semillas depositadas en las inmediaciones del lote (a modo de cebo no-tóxico). Podrían utilizarse semillas de cultivos naturalmente atractivos para las palomas, como sorgo, girasol o maíz (partido) y/o los granos presentes en el rastrojo de cultivos vecinos (cuando esté disponible el trigo, por ejemplo).
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