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12-03-2012
PERSISTE LA PROBLEMATICA
Desde mediados de la década del 90 que la calidad de agua es un tema sin resolución. Todas las acciones que se hicieron no lograron bajar la concentración de cloruro y sulfato.
Desde la semana pasada que el tema de la calidad del agua de red volvió a ser un a cuestión de debate. A partir de que se conoció un dictamen del Organismo de Control del Agua de la Provincia de Buenos Aires (OCABA) en el que le indicaba al Juez Marcelo Luis Giacocia que el agua de consumo era no potable por su concentración de sulfato, cloruro y arsénico.

Ante esta información es que el titular del OCABA, Horacio Delgado, vino a Alberti para reunirse con Médici y hacer una aparición en los medios prometiendo trabajos en conjunto para mejorar la calidad del agua. En la misma semana se firmaron dos convenios con el Servicio Provincial de Agua Potable y Saneamiento Rural para “una refuncionalización del sistema de agua potable” y la “colocación de 1.000 medidores” en los hogares.

En ese mismo acto el presidente del OCABA habló de que el problema no era tan grave en Alberti si se lo compara con otras ciudades como 9 de Julio y 25 de Mayo, calificó el agua de “apta y buena para el consumo”, sostuvo que se postergó la aplicación por cuatro años más de lo que establece el Código Alimentario que es que los niveles de arsénico tienen que estar por debajo del 0,01, quedando vigente la legislación provincial que demanda un índice menor a 0,05.

Lo cierto es que todos los intentos que se hicieron por recomponer el servicio hasta el momento no han dado resultado, si bien hubo medidas paliativas que llevaron a disminuir la concentración de cloruros y sulfatos cuando se fueron sumando pozos a la red, todo parece indicar que para la solución del problema hay que avanzar en otros direcciones.

En el mes de septiembre de 1999 la publicación Libre Tránsito reunió una serie de muestras que envió a analizar a la Universidad de Buenos Aires y los resultados reflejaban que por la concentración de sales y la dureza el agua no era de buena calidad.

Se intentó hacer una perforación para llegar al acuífero Puelche en la búsqueda de encontrar agua con menor concentración pero los análisis dieron todo lo contrario, la composición química era poco alentadora respecto del acuífero Pampeano, de donde se extrae el agua que llega a la red domiciliaria. Se buscó ampliar el espectro de extracciones prolongando la red y haciendo nuevas perforaciones, lo que dio resultado a corto plazo ya que los pozos, a pesar de la rotación que se hace, pierden su capacidad de prestación y comienzan al volcar agua con concentraciones de cloruros y sulfatos.

Las autoridades se encargan de señalar que a pesar de que los niveles de sulfatos y cloruros están elevados, el examen bacteriológico da bien y desde ese punto el agua se puede tomar ya que expresan que la concentración de sales sólo impacta en el sabor amargo y salado. Aunque la doctora Zunino hizo una recomendación respecto de que los menores de 6 meses y personas con algunas patologías (hipertensos) no deben tomar el agua salinizada.

La concentración de sales en esta zona es un problemática que se ha vuelto normal en el agua subterránea, por el momento el único método que se aplicó para disminuir esa cantidad es sumar pozos a la red y hacer un manejo sincronizado del bombeo.

Por la concentración de cloruros y floruros, que excede lo permitido por el Código Alimentario Nacional y la Organización Mundial de la Salud, los análisis dan como resultado que el agua no es potable. El nivel de arsénico que presenta el agua oscila entre 0,01 y 0,04, con lo que depende el parámetro con el que se analice para calificar la calidad del agua.
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