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19-05-2012
UN MEDICO DE LOS PUEBLOS FUMIGADOS
Estuvo exponiendo sobre los efectos de los agroquímicos y el trabajo que desarrolla la asociación que integra.
En el salón Cultural profesor Pedro Arruvito se presentó el médico Nicolás Loyacomo, procedente de la ciudad de Pergamino. El profesional es médico hace algunos años y está haciendo la residencia de pediatría. Fue convocado por Víctor Fernández y Cristina Monsalvo para que venga a disertar sobre los efectos de los agroquímicos en la salud. Loyacono es integrante de los Médicos de Pueblos Fumigados.
Médicos de Pueblos Fumigados es una asociación que denuncia los problemas ambientales y de salud de las comunidades afectadas por la fumigación, en todo el país. En diálogo con diario El Salado, Loyacono contó que la asociación surgió hace dos años, y que reclamar soluciones a las problemáticas que producen esa clase de empresas es un tema que genera conflicto “por cuestiones económicas”.

“Monsanto es la principal productora de agroquímicos y generadora del modelo de la revolución verde que es lo que caracteriza al modelo agroexportador de la Argentina de los últimos 20 a 25 años. Lo que ellos lograron son una serie de productos y de semillas transgénicas que se resisten a ciertos tipos de insecticidas y herbicidas”, detalló el profesional.

“La población en general no sabe a qué está expuesta, incluso los productores. Nosotros planteamos una solución inicial en base a un cambio de modelo económico porque hoy en día el glifosato y el agroquímico en general, está tolerado por todos los sistemas de comercialización y venta. Se miden los agroquímicos en la carne del pollo para ver cuanto químico tiene en base a la soja que consume, y eso lo comemos nosotros”, subrayó el médico, oriundo de Pergamino.

“Las consecuencias de la exposición a agroquímicos van desde cáncer a malformaciones congénitas. La población sufre insuficiencias respiratorias, trastornos endocrinológicos y reproductivos”, señaló. A su vez el pediatra explicó que los estudios “se han realizado en animales a modo experimental, porque éticamente no se pueden hacer con personas. Aunque tenemos investigaciones de personas de la mesopotamia hasta la patagonia, que tienen vidas completamente diferentes pero comparten las afecciones propias de la exposición a fumigaciones”.

“Paliar la situación con una distancia mayor a la zona urbana puede ser productivo a los fines mediatos, pero en el futuro tenemos que replantearnos otras cosas, hay que traspasar esto pensando en el cuidado del medio ambiente que todavía no entra en las ecuaciones económicas, ni mucho menos en el tema del agro. Tenemos responsabilizarnos con mucha consciencia, buscando la verdad, no buscando el negocio, no se puede desconocer la vida”, concluyó Loyacono.
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