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02-06-2012
EL DISCURSO DE MARIANO SOLARI
El presidente nombró a quienes integraron las comisiones directivas y contó un cuento de Bomberos. Fue un discurso distinto a los anteriores.
El presidente del Consejo Directivo de Bomberos Voluntarios, Mariano Solari, en el discurso nombró a cada uno de las personas que integraron las comisiones en la historia de la institución para resaltar la participación que tuvieron, considerando que ellos también fueron parte del proyecto.

Luego Solari contó una historia de Bomberos: “Era una tardecita de verano y como suele suceder unos cuantos bomberos se juntaron a tomar mate en el cuartel. Cuando sonó el teléfono, casi instintivamente, todos levantaron los ojos al horizonte como buscando el humo, como olfateando el aire.

-Ay, mire, lo llamo porque tengo una mascota.

- Sí, señora, acá también tenemos una…

-Bueno es que la mía se escapó y no puede volver.

-¿Cómo que no puede volver?

-Es Perico, mi loro de 10 años que se escapó a la calle y se trepó a una planta, lo llamo y no baja, es que él no vuela.

-Y usted quiere que nosotros vayamos a bajarlo.

-¡Por favor! Se está haciendo de noche y él nunca estuvo en la calle

-Deme la dirección y en cinco minutos estamos allí.

Los Bomberos habían abandonado el mate y asomados a la guardia preguntaron:

-¿Qué pasó?

- A una señora se le escapó el loro y se subió a la planta de la vereda, saquen la escalera del Móvil 12 y vayan en la camioneta.

Cuando llegaron ahí estaba la señora, con un puñado de girasol en una mano y una hoja de lechuga en la otra.

-¡Hay qué suerte! Está allá arriba y el pobre no puede bajar…no vuela.

Y mirando la copa del árbol dijo:

-Tranquilo Perico, los muchachos te van a ayudar.

Después de dar algunas vueltas a la planta estudiando la situación, uno de los Bomberos dijo:

-Voy yo, sostengan ustedes la escalera.

Pero cuando estaba entre las ramas:

-No lo veo, con tanta hoja y el loro verde ¿Lo ven de abajo?

-Sí, allá, allá, un poco más arriba, en gajo de la derecha.

-¡A la pelota que se trepó alto!

-¡Perico! ¡Perico! ¡Vení!

La señora preocupada siguió llamándolo:

-¡No trepes más Perico que te vas a caer!

-Che, está muy alto, tené cuidado que las ramas son finas.

-Ya casi lo agarro… Si, lo tengo… ¡Ay loro que te pastoreó! Encima que te quiero ayudar me picás… ¡Vení para acá!

El loro además de picar, hablaba y de qué manera…

Por lo que el Bombero le respondía:

-¿Qué? Eso serás vos, dejá de insultarme. ¡Malas palabras aprendiste, a volar no! ¡Cuando te agarre!

De repente…

-Uy se voló… ¿No era que no volaba?

-Ya lo vi, allá va, aterrizó en aquella casa. ¡Dale! ¡Rápido! Traé la escalera, vamos para allá.

La señora sorprendida corría detrás de los Bomberos.

-¡Perico vuela! ¡Qué lindo mi loro!

Más tarde en el cuartel, suena el teléfono…

-Bomberos, buenas noches.

-Buenas noches, habla la dueña del loro.

-No me diga que se escapó de vuelta el loro que no vuela, y no puede bajar de la planta.

-No, Perico está en la percha, gracias, el que no puede bajar de la planta es el Bombero, y ese seguro que no vuela.
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