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19-06-2012
SUERTE DE INMIGRANTE
Vanesa Paini se instaló en España por dos años y por una vecina tuvo acceso a una parte mínima de un billete que fue premiado en la lotería.
Hace dos años que Vanesa Paini que junto a su esposo se radicó en una ciudad ubicada a tres kilómetros de Valencia, España. Dejó La Plata donde estaba instalada esta albertina para establecerse en Burjassot. Su llegada se produjo por motivos laborales de su esposo que es doctor en química y se desempeña como investigador del Conicet. Llegó por un año y la beca pos doctoral se extendió.

Vanesa nos contó que la profesión de su esposo hace que viajen de un lado a otro. “Estamos un poco en Francia, Bélgica, Holanda, España, no soy ni de aquí ni de allá. Yo dejé todo ya que en Argentina trabajaba como radióloga y visitadora médica. Dejé mi profesión para seguirlo a él, de hecho en España pude hacer un curso de auxiliar clínica y me dedico a ad honorem a la asistencia social con personas adultos”.

¿Cómo es el lugar donde vivís?

-En el lugar que le llaman ciudad dormitorio, tiene 40.000 habitantes, es pintoresco, la gente es muy servicial. A nosotros nos significó un gran cambio porque son distintas costumbres, otros horarios, diferente forma de vivir. Nosotros nos sentimos muy bien.

¿Cómo es tu vida social?

- Es distinta a la argentina, acá hay mucha vida social. Pero todo afuera de la casa. Se reúnen en determinado horario para compartir un café o lo que ellos llaman los bocadillos.

¿Ya tenés la tonada del lugar?

-Sí, se te pega. Si bien hablamos el mismo idioma, acá se habla mucho el valenciano que es muy cerrado. Yo estoy todo el día con ellos y las amistades que tengo son todas de Valencia por lo que se me pega.

¿Qué extrañas de tu lugar?

-A la familia, los amigos, los afectos. El asado, lo fundamental. No se siente tanto la distancia porque tuvimos una muy buena acogida.

¿Cómo es un día en Valencia?

-Como entramos en época de calor hay posibilidades de ir a la playa. También hago la asistencia a los adultos, acompañando a algún abuelo al hospital, a hacerle algún mandado, esto lo hacemos tanto con la gente mayor como con chicos discapacitados. Con la gente del laboratorio en el que trabaja mi esposo tengo muy buenas relaciones y es con ellos que hacemos actividades. También surgen viajes por temas de trabajo.

Hace algún tiempo nos sorprendimos cuando se conoció la noticia que un pueblo español había ganado la lotería, más aún cuando nos enteramos que una de las ganadoras eras vos.

-En parte fue así, acá se usa mucho el tema de la lotería. Se acostumbra a comprar cupones de un número entero. Una vecina me dio un cupón para la jugada del gordo de Navidad y ese día viene la que me había dado el cupón a decirme que nos habíamos sacado la lotería. No fue una cifra como se dijo millonaria, pero para mí que nuca juego y que nunca saqué nada, me pareció millonaria.

¿Cómo fue el festejo?

-Salieron todos a la calle, la verdad es que yo no sabía qué hacer. Para mí fue una alegría inmensa porque pensaba que estaba en un lugar que no era mi casa, lejos de mi país, me pasó eso que fue producto de una casualidad. Fue una experiencia maravillosa.

NR: Cuando esta nota se publicó Vanesa ya había regresado de esa “experiencia enriquecedora” que fue vivir en Valencia y volvió a establecerse en La Plata.
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