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12-07-2012
LOS ASALTOS EN LA ZONA RURAL
El diario La Nación publicó en la tapa de la edición impresa una cobertura sobre los asaltos que se cometieron en Alberti y la zona.
Esta es la información publicada por el matutino que a continuación reproducimos algunos fragmentos:

“Cuando cae la noche, en los campos del centro bonaerense la intranquilidad y el miedo ganan el ánimo de los estancieros. Desde hace unos dos meses, una banda de delincuentes, que llama la atención por su profesionalismo y organización, sorprende a los productores dentro de sus campos, los mantiene cautivos durante largas horas y escapa con dinero y objetos de valor. Por el modus operandi, una de las líneas investigativas pone bajo la lupa a ex agentes policiales.

Las víctimas de estos delincuentes coinciden a la hora de describirlos: no ejercen violencia física, trabajan encapuchados y con guantes, tienen información calificada sobre los bienes de sus víctimas y se toman todo el tiempo que sea necesario para conseguir lo que buscan: dinero, joyas y costosos electrodomésticos y relojes. Además, están conectados con equipos de comunicación de última generación con "campanas" capaces de avisarles si la policía se acerca al campo que han copado.

Los hermanos Juan Pablo y Manuel Rossi, de 22 y 19 años, respectivamente, habían terminado de cosechar en la estancia familiar La Rosa, en el distrito de 25 de Mayo. Eran las 19.30 del 29 de junio y el crudo frío se hacía sentir. Los jóvenes se subieron cada uno a un tractor para transitar los 3000 metros que los separaban de su casa. La jornada parecía terminar con normalidad.
De repente, cuatro sujetos armados y encapuchados sorprendieron a los hermanos y los obligaron a llevarlos con los tractores hasta la residencia. En el camino, un vecino que había ingresado en la estancia también fue víctima de los delincuentes.

"Nos pedían que no los miráramos. Nos encerraron en el baño", recordó a LA NACION el mayor de los hermanos Rossi. Su padre, Antonio, había salido, pero llegaría poco después, cuando los ladrones seguían en la estancia.

Desde aquella noche, la familia Rossi ya no duerme en su casa. Sólo va al campo a trabajar. Se siente más segura en su propiedad de fin de semana, en el centro de Chivilcoy. Esa no fue la primera vez que "Juampi", como le dice su madre, Malvina, tuvo que vivir una situación de las que parecen no terminar. "Cuando los vi se me vinieron todas las imágenes de 2010", cuando sufrió un robo de similares características.

Las autoridades policiales de los partidos de Chivilcoy, 25 de Mayo y Alberti están alertadas de los sucesivos hurtos que ocurren en los campos. El modus operandi es similar en los últimos seis casos denunciados: los delincuentes ingresan en el predio a pie y cuando comienza a anochecer, tienen buen manejo de las armas, no ejercen violencia física y casi no hay agresiones verbales contra las víctimas, se cubren sus rostros y manos y utilizan handys para organizar la huida.

"Estamos investigando a una banda", fue la escueta respuesta a LA NACION por parte del subcomisario Sergio Macedo, de la seccional de Alberti. Aunque no hay datos concretos, el rumor que recorre las tranquilas calles de estas ciudades habla de que los delincuentes podrían ser ex policías, según contaron a esta enviada varios vecinos.

A una víctima, que prefirió mantener su nombre en reserva, los ladrones le dijeron: "A vos te vendió un milico [por un policía]".

La idea de una banda organizada que acecha las estancias no es avalada por las autoridades municipales. El secretario de Seguridad de Chivilcoy, Santiago Bertone, aclaró a LA NACION: "No tenemos información de que grupos de ese tipo estén actuando en nuestros campos".

En el mismo sentido se pronunció una fuente del vecino distrito de Alberti. "Son hechos aislados", dijo.

Una semana atrás, este municipio sufrió el tercer delito rural de estas características en dos meses. Felipe Solari caminaba desde la oficina hasta su casa cuando dos hombres lo tomaron de los brazos y le mostraron las armas que portaban. Mientras recorría sus hectáreas, revivía con detalle cada segundo de aquella noche. "Hasta me palparon", recordó, incrédulo. Con la familia encerrada en el inmueble, los hombres revisaron cada rincón donde suponían podía haber dinero guardado.

Anteayer, unos 25 productores, preocupados por la ola de inseguridad, se reunieron con las autoridades policiales de Alberti. "Nos dijeron que las descripciones de los ladrones indicadas por las víctimas son coincidentes y la manera de proceder también, por lo cual es probable que sea una misma banda", dijo Solari.

El ruralista José Luis Cepeda está indignado. "Los funcionarios están esperando a que haya un muerto para que nos movilicemos", sentenció. A mediados de mayo pasado, un grupo de desconocidos sorprendió a los tres empleados de su estancia de Chivilcoy, luego de que su hijo Rodrigo se retirara del lugar sin sospechar nada, y les robaron, además de dinero y herramientas, alimentos refrigerados.

"En la casa no encontraron huellas; aunque el rastro de los guantes es el mismo que en los otros casos", detalló Rodrigo, aún sorprendido por la facilidad que tuvieron los delincuentes para actuar y esconderse en un galpón abandonado.
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