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03-09-2012 |
PELIGRO DE LA ORTOREXIA |
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Comer sano también puede obsesionar. El trastorno obsesivo por la alimentación sana se expande por Occidente. |
El trastorno obsesivo que lleva al extremo la alimentación sana y que consiste en un control exhaustivo y cada vez más estricto de los componentes de los alimentos, se denomina Ortorexia.
Este es un término acuñado por Steven Bratman para calificar como trastorno alimentario la obsesión patológica por comer comida considerada saludable por la persona. Lo que este doctor estadounidense sostiene que puede llevar a la desnutrición, incluso a la muerte.
Sostiene el profesional que un sujeto puede evitar ciertos alimentos, como los que contienen grasas, conservantes, o productos animales, y aún así tener una mala alimentación. Esta patología puede tener graves efectos sobre la salud. Por ejemplo, la supresión de grasas puede comprometer la ingesta de vitaminas liposolubles y ácidos grasos, ambos imprescindibles para el organismo. Sin carne, son los niveles de hierro los que se desploman y, aunque los vegetales también aportan proteínas, son de inferior calidad.
También puede acarrear carencias nutricionales si el ortoréxico no sustituye los alimentos que rechaza por otros que puedan aportarle los mismos complementos nutricionales. Esto se traduce en anemia, carencias vitamínicas o de oligolementos, o falta de energía.
Además, no sólo constituye un mal a nivel físico. A nivel psicológico también produce un trastorno que en la mayoría de los casos tiene que ser tratado por un especialista.
Al igual que la anorexia, la bulimia y todos los trastornos en la alimentación, es más costosa la recuperación psicológica que la física, ya que hay que eliminar todas las conductas que el ortoréxico ha ido adoptando a lo largo de un periodo de tiempo bastante extenso. Y para eso se necesita mucha voluntad y mucho tiempo.
Todos nos preocupamos por comer alimentos sanos, pero cuando ese comportamiento normal pasa a convertirse en una obsesión que entraña peligros para la salud ya pasa a calificarse como ortorexia.
Esta nueva enfermedad, cada vez más patente en las sociedades occidentales, tiene como precedentes la obsesión por las dietas, el culto al cuerpo y el miedo a la comida tratada con productos artificiales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la ortorexia afecta, hoy en día, al 28 por ciento de la población de los países occidentales, principalmente a adolescentes y a mujeres.
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