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20-09-2012 |
BOTOX Y BOTULISMO |
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La toxina botulínica tiene variados usos y desde hace pocos años se utiliza también para beneficio estético con el nombre comercial de “botox”. |
La toxina botulínica, también llamada "botulina", es una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum. Se trata de uno de los venenos más poderosos que existen.
Como agente de intoxicación o envenenamiento produce el botulismo, enfermedad que se caracteriza por el desarrollo de alteraciones vegetativas (sequedad de boca, náuseas y vómitos) y parálisis muscular progresiva que puede llegar a ser causa de muerte al afectar la función respiratoria.
Como arma química o biológica es considerada extremadamente peligrosa y está prohibida por las Convenciones de Ginebra y la Convención sobre Armas Químicas.
La capacidad que posee la toxina botulínica para producir parálisis muscular por denervación química se aprovecha para usarla como medicamento en el tratamiento de ciertas enfermedades neurológicas y como producto cosmético para tratamiento estético de las arrugas faciales.
La marca comercial más conocida de la toxina botulinica cosmética es Botox®, medicamento producido y registrado por la empresa Allergan, Inc. de Irvine, California, que obtuvo la aprobación oficial en EE.UU en abril de 2002, para uso estético.
En Argentina también fue aprobado por la ANMAT -Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología-
El tratamiento estético del “botox” consiste en la aplicación de micro inyecciones en la zona a tratar, en forma indolora. Sólo toma unos pocos minutos y el paciente se retira del consultorio sin marcas ni vendas y puede retomar su vida cotidiana inmediatamente.
Los resultados se ven a los dos o tres días y son realmente notables, ya que paraliza los músculos de la cara, evitando la formación de arrugas.
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