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23-11-2012
ANOREXIA EN MUJERES ADULTAS
La bulimia y la anorexia presentan una incidencia cada vez más alta en mujeres adultas, según reportes de especialistas en nutrición.
Aunque por lo general se cree que la bulimia y la anorexia son problemas de la adolescencia, la realidad muestra que cada vez más mujeres mayores de 50 años sufren trastornos alimentarios. Un estudio estadounidense reveló que el 13% de las mujeres entre 45 y 65 años sufrían algún tipo de desorden de la alimentación, cuando hace diez años atrás ese porcentaje no llegaba al 5%.

En la Argentina, la realidad no es muy distinta. Especialistas aseguran que es frecuente ver en el consultorio a pacientes que están atravesando la menopausia o el climaterio y sufren problemas de conducta alimentaria. En principio, lo más frecuente en las mujeres de más de 40 años es la anorexia nerviosa, que es el trastorno más difícil de tratar, el que más compromete la vida entera de la paciente y del que en realidad muchas no terminan de salir. Otro de los trastornos más comunes de consulta en la edad adulta es el desorden por atracón. Muchas veces después de un atracón las mujeres se someten a una dieta restrictiva o a extenuantes sesiones de gimnasia para compensar esa ganancia de peso. De esta forma se llega a un circuito cerrado de atracón-abstinencia-atracón. Y, en algunos casos, cuando ganan peso y no lo pueden controlar empiezan a usar laxantes.

En cuanto al diagnóstico, los especialistas aseguraron que en ocasiones estos trastornos son más difíciles de detectar en los adultos que en los adolescentes ya que los médicos no suelen sospechar una patología de esas características a la edad adulta. Señalan que muchas veces los pacientes consultan por sobrepeso y en el tratamiento surge que hay una compulsión alimentaria.

En el caso de las mujeres activas mayores años este trastorno puede tener que ver:
● Con una necesidad imperiosa de seguir respondiendo a determinado ideal de belleza y delgadez que impone la sociedad.
● Con una gran dificultad para aceptar la edad, el paso del tiempo y sus consecuencias en el cuerpo.
● Con la insatisfacción con el cuerpo y las dificultades que pueden tener para bajar de peso –cuando eran jóvenes bajaban más rápido-.
● La depresión o la angustia.
● La soledad y la falta de ganas de cocinar para uno mismo.
● El disgusto por la comida sin sal o la dieta indicada por el médico que no resulta atractiva y hace que se pierda interés en la comida.

Para salir de estos trastornos alimentarios, los especialistas sugieren tratamientos con enfoques multidisciplinarios, donde no sólo este presente un nutricionista, sino también médicos y profesionales de la salud mental.
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