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06-12-2012 |
POEMA COLECTIVO EN LA MUESTRA |
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Los que asistieron a la exposición Honrar la Vida participaron de la realización de una poesía. |
Los días 30 de noviembre y 1º de diciembre se llevó a cabo, en la sede del Sindicato de Luz y Fuerza, una exposición que se denominó HONRAR LA VIDA. Las organizadoras fueron Flavia Frascini responsable de un taller de pintura y Liliana Audicio que concurre al mismo. El objetivo de este proyecto es destacar las distintas actividades que, a través de la creatividad, permiten a las personas descubrir talentos escondidos que, siempre, generan placer y, en muchos casos, ayudan a superar las crisis que afectan a los seres humanos: pérdida de seres queridos, soledad, depresión, enfermedades.
La pintura, la música, la escritura, el coleccionismo, el yoga son algunas de esas actividades tan importantes para tener una mejor calidad de vida.
El Taller literario “Voces” realizó una sencilla actividad: se leyó una poesía que celebra sencillos gestos y conductas que hacen más amable la existencia humana. Luego se propuso escribir a partir de la consigna: “Admiro a…” o “Soy capaz de…” Cada uno escribió lo que sintió en ese momento.
El resultado es este texto lírico colectivo que transcribimos a continuación:
ADMIRO…
Admiro a los que pueden tender su mano, ofrecer una caricia, un “te quiero”, un abrazo sin pedir nada a cambio.
Admiro a los que saludan con un “hola” al que tienen al lado como signo de hermandad y confraternidad.
Admiro a los que tienen el don de la sutileza.
Admiro al que sabe comunicarse, al que entrega la paz con su palabra, al que ayuda a avanzar en el camino, al que sabe sembrar rosas y barrer espinas.
Admiro a quien baila sin importar la ocasión ni el motivo.
Admiro a los que leen.
Admiro a los que son capaces de reírse de sí mismos.
Admiro a los que saben compartir su tiempo, su vida generosamente a favor de sus semejantes.
Admiro a los que a pesar de los obstáculos, todos los días saludan al sol con una sonrisa.
Y
Admiro decir no puedo, para luego llegar a hacerlo.
Admiro abrir todos los días las ventanas de mi interior para ofrecer al exterior todos mis sentimientos, lo más bueno de mí.
Admiro a quien puede desenterrar del fondo de su alma aquello que durante mucho tiempo sintió oculto o enterrado.
Admiro al que escucha, al que responde con sus palabras sinceras y de estímulo, al que abraza sus días dando gracias por haberlos vivido y acaricia la luz del horizonte.
Admiro los horizontes que me indican la inmensidad de la vida. Admiro los pasos que caminan horizontes.
Admiro a quien, aunque sea una vez al día, por un minuto recuerda que está vivo, que puede aprender a disfrutar de las pequeñas y sencillas cosas de la vida porque en ellas reside la verdadera felicidad.
Admiro a los que almacenan el sol, el aire, como guardando dentro la música de un cántaro.
Admiro al que pierde su tiempo mirando el cielo.
Y
Admiro a quienes miran las estrellas.
Admiro el sol del amanecer. La paz y el aroma de las flores. Admiro el ser capaz de levantarse con una sonrisa cada mañana sintiendo felicidad.
Admiro a los que saben dar la mano y mirarse al espejo sin sentir lástima.
Porque
Soy capaz de reírme de mí misma
Y soy capaz de soñar, de sentirme libre para expresarme a través del arte y muchas veces del “recuerdo” como un encuentro con un pasado feliz que alimenta la esperanza, el amor y el camino sinuoso de la vida.
Porque
Deseo abrir la puerta a los recuerdos que nos han hecho felices.
Y porque
Soñamos desde el primer instante de la vida hasta el final de la misma. Los sueños son la vida misma.
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