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09-12-2012
NIÑOS OBESOS
En los últimos veinte años hay un creciente problema de sobrepeso y obesidad en los niños.
Si años atrás un bebé gordito era sano, hoy el sobrepeso no es signo de salud. Antes, los chicos copaban las veredas andando en bicicleta o jugando a la mancha, mientras que en la actualidad, esos juegos fueron sustituidos por cómodos sillones para ver televisión con un paquete de galletitas.

Un análisis del estado nutricional de la población infantil en Catamarca determinó que, en consonancia con la transición global de las formas tradicionales de alimentación y los cambios en los estilos de vida, se asiste a un nuevo paradigma nutricional en los niños de esa provincia.
El análisis evidenció que, respecto de la década del ‘80, en Catamarca bajó el porcentaje de desnutrición y aumentó en forma notable el porcentaje de sobrepeso y obesidad. En aquellos años la obesidad no existía y la cantidad de niños con sobrepeso en la provincia era muy baja. En la actualidad, un 20 por ciento de la población infantil tiene problemas de exceso de peso.

Antes se decía que la obesidad era de los ricos y la desnutrición, de los pobres. Ahora se habla de la obesidad en la pobreza, porque en los sectores de la población más vulnerables la alimentación se basa en alimentos de menor costo, ricos en hidratos de carbono y calorías vacías. Así, la obesidad es un factor de riesgo para otro tipo de enfermedades como la aparición de la diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, y niveles de colesterol altos.

Para prevenir la obesidad en los niños, los especialistas recomiendan modificar los hábitos nutricionales de la familia, principalmente en los padres, quienes a pesar de no ser obesos deben vigilar estrechamente la alimentación de sus hijos y limitar el consumo exagerado de alimentos. El ejemplo de qué alimentos, cómo y cuándo es la mejor forma para educar a los hijos. Ya que compartir los alimentos constituye una actividad social y trascendente en la relación familiar, esta oportunidad debe aprovecharse para prevenir la obesidad infantil y evitar llegar al tratamiento que es muy complejo y prolongado.

Durante los dos primeros años de vida se genera en los niños el hábito alimentario, a través de cómo, cuándo, dónde y con quién se come. Reglas para la alimentación, como horarios fijos específicos para los tiempos de comida, determinar el lugar para el consumo de alimentos, indicar cuál es el comportamiento que se debe tener en la mesa, promover una masticación adecuada y marcar el tiempo disponible para el consumo de alimentos, entre otras, serán las bases de los hábitos de alimentación.

También señalan que utilizar algunos alimentos y principalmente las golosinas como premios no es conveniente, ya que se encuentran fuera de las reglas, esto puede originar que el niño empiece a tener una preferencia marcada por estos alimentos, al relacionarlos con actos y conductas que ante sus padres fueron positivos.
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