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13-01-2013 |
LO QUE PASO: PRIMERA BAJA DEL GOBIERNO |
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Jorge Carpinetti dejó de ser el secretario de gobierno. Había algunas diferencias con la intendente Médici que fueron irreconciliables. |
Cuando pasaron algunas horas de su salida del gobierno Municipal, el ex secretario de Gobierno Jorge Carpinetti accedió a contar por qué tras ocho meses de gestión se transformó en la primera baja del gabinete que encabeza la intendente Marta Médici. Fue la mano derecha de la jefa comunal durante la campaña electoral y el primer nombre que se conoció del gabinete, ahora es quien abandona el gobierno por diferencias irreconciliables con la mujer que durante ocho años lo eligió como asesor de su gestión como diputada. “Las razones son varias, no hay una sola. Ni es arrebatada, es algo pensado desde hace tiempo que culmina ayer (por el jueves) con mi renuncia. En principio, tenemos visiones distintas con Marta (Médici) de la función de secretario de gobierno. Ella pretende un secretario privado y yo vine a cumplir una función de un secretario de gobierno como lo establecen las normativas o las formas, y ese espacio no lo pude lograr nunca y terminé con una función testimonial, casi decorativa, dentro del Municipio. Por mis convicciones, por mi historia, y por lo que yo venía a hacer a Alberti, no me lo puedo permitir. Le presenté la renuncia hace casi dos meses, por discusiones que se suscitaron diariamente. Es importante mencionar que esto se trata de cuestiones políticas, no de la relación personal, con ella hemos hecho muchas cosas juntos. Esta intendencia la hemos militado muchas veces solos y la hemos ganado. Yo un rol decorativo en el gobierno no quería tener, no vine para eso, vine a llevar adelante un gobierno nacional y popular, a reafirmar las cosas muy buenas que había hecho el doctor Zacca, a corregir aquellas en las que se había equivocado, y a ponerle nuestra impronta a este gobierno”.
¿Se rompió la relación política con Médici?
-Sí, sí, se rompió un lazo de confianza. Eso fue lo que se rompió. Seguimos perteneciendo al mismo espacio político. Nadie le va quitar su pertenencia a un proyecto nacional y popular a Marta Médici, ella en Alberti es la primera kirchnerista. Yo también vengo militando el espacio desde que Néstor no era presidente, con Marta nos encontramos en la Cámara, construimos un espacio juntos, por supuesto que con mayor relevancia de la señora intendenta. Se rompió un vínculo de confianza que para gobernar es fundamental, esto trajo una anulación de parte de ella hacia mi secretaría. Una secretaría que en términos reales y presupuestarios tiene una firma muy pesada, por lo que yo prefería, no porque haya sospecha sobre algo, no quedarme para firmar decretos.
La carta de renuncia revela que hubo presiones de parte de algún sector para que Médici tomara esta decisión
-En la política las presiones existen siempre, las bien intencionados son por conquistas de espacios. Acá hubo presiones mal intencionadas de un sector que como en algún momento dijo la oposición, de un personaje siniestro que opera entre las sombras, desde el primer día. No sólo hacia mi persona, sino que hubo presiones para pedir la cabeza de otros funcionarios. Estas presiones se notan diariamente, te condicionan todos los días. Yo se lo pregunté cara a cara a la intendente y me lo negó. Pero tengo testigos que han escuchado a un colaborar directo de esta persona en el congreso de la Nación, decir un día antes que a Carpinetti le quedan las horas contadas. Y así fue. Qué motiva esto. Nosotros somos jóvenes y veníamos a cambiar el molde en el que el peronismo de Alberti siempre se acomoda. No juzgo a los que no pudieron, nosotros veníamos a cambiar el molde, teníamos un compromiso muy fuerte para con los jóvenes que no pudimos cumplir. Como lo digo en la carta, son esos personajes que nunca ganaron nada que nunca van a ganar nada y que casi nos hacen perder una elección.
¿Primó la necesidad de un salvataje económico del Municipio por encima del proyecto?
-No lo sé, es una pregunta que no puedo responder. No lo sé si tienen capacidad económica en el lugar que están hoy. Eso me lo pregunto, porque me podrían haber dicho: Jorge vos sabés en la situación económico que está el Municipio, que es normal en todos los Municipios, y tenés que dar un paso al costado y yo lo hubiese hecho. Pero la intendente jamás me planteó esto.
¿Influyó el protagonismo del secretario de gobierno en determinadas acciones?
-Nosotros veníamos a cambiar el molde peronista en Alberti. Una de las primeras medidas que yo tomo es convocar a un foro de jóvenes, que fue exitoso, con distintos sectores. Donde queríamos ir al fondo de la cuestión y conocer de parte de ellos la solución a sus problemas. Que mejor que nos lo digan ellos la solución a sus problemas, acompañados de profesionales que después nos digan de qué forma. Terminó ese foro que no fue bien recibido por la intendente, nunca más lo pude realizar. Vine a tomar medidas para beneficiar a la salud con el consumo de alcohol en los jóvenes y el cigarrillo en los lugares públicos, creo que algunas cosas se lograron, después ya no pude hacer nada porque hubo un quiebre de confianza. También los nuevos espacios que se han creado de jóvenes son un molestia para un sector residual del peronismo, no para la intendente.
¿Está fracturado el peronismo?
-Tiene distintas visiones en Alberti. Hay un sector que se está yendo y otro que irrumpe con fuerza, con nuevas ideas, de la mano de un proyecto nacional y popular, y eso hace ruido, choca. Acá hay un trasvasamiento generacional que se tiene que dar, un empoderamiento a los jóvenes, no alcanza con nombrar funcionarios jóvenes, no alcanza con nombrar a Germán Lagos, Esteban Collazo o a mí. Si no que hay que empoderar a los jóvenes, incluirlos, hay que hacerlos militar, desde el lugar que quieran, la idea es que participen, que sociabilicen, que aprendan a crear consenso. No pudimos crear la dirección de Juventud, una promesa de campaña, por lo que el gobierno está en deuda con los jóvenes.
¿Teme por el futuro de aquellos funcionarios que le eran afines a Jorge Carpinetti?
-No, espero que no. hay muchos compañeros que piensan igual que yo. Les he pedido a ellos que le digan lo que piensan a Marta. Yo digo que hay que acompañarla a Marta, ella es una mujer de un corazón enorme que quiere ver su Alberti transformado y distinto. Pero desde mi visión está equivocando el camino, está escuchando a unas o dos personas, no está saliendo a los barrios para conocer qué piensa la gente.
¿Por qué en la renuncia habla de debilidad?
-Partamos de la base que es muy rara la forma de conducir ya que Marta es una mujer formada en el peronismo en el que los jóvenes eran relegados sólo a pegar algún afiche y a servir algún choripán, nada más, esa era la participación de ellos en la política. Hoy son sujetos de transformación, de realización. Nos debilita a nosotros de alguna manera el desempoderamiento a un secretario por más que Marta diga que yo tenía todas las libertades. Yo tenía las libertades pero no podía hacer nada dentro de gobierno. Ahí cuando vos debilitas a un sector, los otros se fortalecen. Acá hay gente que espera que uno se debilite para poder ocupar determinados lugares, están vacíos de propuestas, es el sector del peronismo que se tiene que ir, que con dinero no va a solucionar las cosas. La militancia no es eso, el proyecto nacional y popular no son espectáculos.
¿Habló con la intendente de esta situación?
-Todos los días, muchas veces he hablado con Marta sobre esto. Tenemos visiones distintas. Cuando le devolví algunas cosas y nos despedimos, me dijo que me iba porque pienso distinto. Es real, me voy porque pienso distinto. Me voy porque la jefa es ella, la que conduce el Municipio, de alguna manera, es ella, y yo no le voy a poner palos en la rueda a Marta Médici. Yo vine por un proyecto, quiero que Marta triunfe, que el peronismo continúe, por eso mi último acto de lealtad hacia Marta es la renuncia.
¿Por qué esa referencia en la renuncia a que se ajusta a los que menos tienen?
-Nosotros cuando llegamos al gobierno dijimos que había que cambiar el sistema tributario de Alberti, que es injusto. La idea era que paguen más los que más tienen y que tributen menos los de menos recursos. Para lograr eso hay que cobrar las tasas de acuerdo a la valuación fiscal porque en Alberti hay casas que superan el millón y medio de pesos que tributan casi lo mismo que una casa del Fonavi, una casa social, una de un barrio. Queríamos ir a ese lugar y no se llegó. También no estuve de acuerdo con el cobro de tasas a través de la factura de EDEN. Por otro lado no compartía que no se les diera un aumento a los trabajadores. Veía algunos recortes en horas extras, los becados trabajando por quinientos pesos. No alcanza con haber pagado el aguinaldo en forma, esa es una obligación que tenemos los peronistas respecto de los trabajadores.
Carpinetti concluyó con agradecimiento a “todos los trabajadores, a la gente que se acercó cuando se enteró y a Marta, en mi último acto de lealtad, que es una intendente legítima que va a transformar Alberti siempre que empiece a escuchar a otra gente y no siga practicando el unicismo de pensamiento”. |
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