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02-04-2013 |
EN MEMORIA DE UN AMIGO – HERMANO |
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Una carta con pedido de publicación de Hortensia Cejas. |
El siempre me decía que yo tenía la suerte de tener “amigos – hermanos”.
El era precisamente uno de esos amigos – hermanos, el mejor amigo.
JUAN ANGEL CAVAGNARO, bueno, generoso, respetuoso, sincero y solidario era el que me decía esto:
Nunca olvidé cuando, siendo tan joven ibas a ayudarme en mi Escuelita Parroquial de Dibujo.
Yo enseñaba danzas folklóricas a niños y adolescentes y vos pasabas la música en un sencillo tocadiscos.
Luego seguimos trabajando juntos en la presentación de obras de teatro.
Que éxito tuvimos con “Ilusiones del viejo y de la vieja” donde hacías de mi hijo…
Al terminar de ensayar veces me decías: “Cuando te vayas, esperame; te acompaño hasta tu casa”. Y yo intuí que deseabas contarme algunas de tus andanzas juveniles.
Hasta que elegiste a Elina, tu compañera y madre de tus dos hijos. Verónica y Juan Pablo.
Entonces te convertiste en vecino. Nos veíamos casi a diario y siempre tu saludo cordial (¿Sabes? Cordial significa que fortalece el corazón, que es afectuoso de corazón. Y así era tu saludo hacia mí).
En los últimos tiempos, te preocupabas al verme pasar y me decías: “¿Cuándo vas a parar un poco, cuidate…”.
Qué difícil es ahora aceptar la triste realidad de no verte más. Despedir al amigo:
Juan Angel, te voy a extrañar mucho. Y mientras viva, siempre en silencio como es mi estilo, voy a lloriquear tu ausencia física.
No sabés la pena que siento por no haberme animado a expresar estas emociones en tu sepelio…
Chau, Juan Angel, chau.
HORTENSIA.
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