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22-04-2013 |
REDUCCIONES JESUITICAS |
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La Orden de Jesús desarrolló, en los actuales territorios de la Argentina, Brasil y Paraguay, una experiencia misionera de grandes proporciones. |
En 1537, el papa Paulo III condenó la esclavitud de los aborígenes americanos, por lo que los reinos cristianos implicados en la conquista quedaban obligados a sostener la evangelización y respetar sus derechos.
El Papa, con acuerdo de España y Portugal, eligió en 1540 a la Orden de Jesús, creada por Ignacio de Loyola, para misionar entre los americanos. Esta es la Orden a la cual pertenece el actual Papa Francisco.
Las misiones jesuíticas guaraníes, también llamadas reducciones jesuíticas guaraníes, fueron los pueblos misionales fundados por la Compañía de Jesús entre los guaraníes y pueblos afines, que tenían como fin evangelizar a los indios de las actuales provincias de Misiones y Corrientes, en Argentina, de importantes territorios actualmente en el Paraguay y de las denominadas Misiones Orientales, ubicadas al suroeste del Brasil. Dichas reducciones fueron 30: 15 de ellas ubicadas en actual territorio argentino, 8 en el paraguayo y 7 en Brasil.
Hasta su expulsión, los jesuitas construyeron 30 pueblos a lo largo del río Paraná. Entre 50 y 60 sacerdotes, dirigidos desde la sede de la Candelaria por el Superior de las misiones, organizaron reducciones con más de 140.000 habitantes aborígenes, con muy pocas deserciones y sólo algunas rebeliones de escaso protagonismo.
Cada reducción podía ser dirigida por un mínimo de dos religiosos: uno encargado de los asuntos temporales y el otro, del aspecto espiritual. Las comunidades estaban formadas por familias que poseían propiedades personales y bienes comunes. Las reducciones estaban separadas de las zonas colonizadas por los europeos y protegidas de ellos.
En el año 1768, el rey español Carlos III ordenó expulsar a los jesuitas. Las reducciones no se disolvieron de inmediato, sino que se reemplazaron a los jesuitas con nuevos directores seculares que no tenían los ideales de los primeros. Algunos guaraníes retornaron a la selva o emigraron a centro urbanos donde se sirvieron del entrenamiento como artesanos que habían aprendido en las reducciones. Hubo una rápida disminución de la población y las mismas entraron en decadencia, hasta su desaparición como centro de desarrollo regional.
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