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14-06-2013
ALCOHOLEMIA PARA TODOS
Conducir ebrio es la causa de más del 50% de los accidentes de tráfico.
El índice de alcoholemia indica la concentración de alcohol puro que circula por nuestro organismo. Esta concentración depende de la cantidad de alcohol consumida, la absorción (que varia dependiendo de diversos factores, como por ejemplo si se tomó antes o despues de haber ingerido alimentos), el tiempo desde que se ha consumido, y el contenido de agua en el cuerpo (que varia principalmente en función del peso corporal y el sexo).

Las bebidas alcohólicas contienen porcentajes variables de alcohol en peso, según indica su etiqueta: las cervezas, del 4% al 10%; los vinos, del 10% al 18%; los aperitivos y licores suaves, del 20% al 25%; y los licores fuertes, del 35% al 45% (es decir, 100 ml de whisky contienen aproximadamente 40 gramos de etanol). Una vez ingerido el alcohol pasa a la circulación sanguínea. Su absorción se realiza sobre todo a nivel del intestino delgado y es mayor cuando la persona está en ayunas. Hasta un 10% del alcohol presente en la sangre se elimina por la orina, el sudor y la evaporación a través de los alveolos pulmonares.

En nuestro país, la ley que regula la cantidad de alcohol autorizada para conducir un automóvil, establece como límite de alcoholemia 0.5 gramos de alcohol por litro de sangre. Se considera que a partir de esta cantidad el conductor comienza a manifestar reacciones psicomotrices importantes que dificultan la conducción. Este límite se vuelve más estricto para la conducción de motos y ciclomotores donde la tolerancia se disminuye a 0.2 gr/litro y a 0 para quienes conducen transporte de carga o pasajeros.

Dentro de los sistemas de control de alcoholemia, las primeras pruebas a conductores para comprobar si estaban ebrios, se basaban en la demostrada relación existente entre la disminución de las facultades físicas y por tanto de la capacidad de conducción. Consistían en la evaluación por la policía de tráfico de pruebas físicas de equilibrio, coordinación y percepción espacial, que se realizaban a los sospechosos de conducir bajo los efectos del alcohol; pero esta relación es difícilmente cuantificable.

Posteriormente, se desarrollaron sitemas mas técnicos, como el análisis de alcohol en sangre; en orina, en la saliva, y en el aliento.

Ëste último método mide la concentración de etanol en el aire exhalado y presenta algunas ventajas sobre el análisis de sangre: no es una prueba invasiva; es más fácil, seguro y rápido obtener una muestra del aliento de una persona que una muestra de sangre o de orina; el resultado se obtiene de forma inmediata, y es más económico.
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