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16-09-2013 |
CUBA: PAIS SIN ELECCIONES |
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Lejos de los placeres turísticos que ofrece, en la isla no existen elecciones libres. |
A pesar de la simpatía que despierta Fidel Castro por su extravagancia de oponerse a EEUU, y en general todo el país por sus bellezas naturales, lo cierto es que en Cuba pasan cosas que no serían aceptadas en Argentina ni en ningún país de Latinoamérica.
Por ejemplo, el Diario de mayor tirada es del Gobierno -Gramma-, y no hay elecciones directas para elegir presidente.
Desde el triunfo de la Revolución Cubana (1959), el sistema político de Cuba ha sido denominado como democracia popular; es decir un estado socialista convencional, con una estatización de empresas y sin posibilidad de progreso económico individual. Por ejemplo recién hace dos años atrás se permitió a ejercer por cuenta propia el oficio de peluquero.
Increíblemente, casi como una monarquía, por casi cincuenta años el país fue dirigido por Fidel Castro, y actualmente se encuentra bajo el poder de su hermano Raúl Castro.
Políticamente, existe un parlamento unicameral, llamado Asamblea Nacional del Poder Popular, que es el órgano supremo del poder del Estado. Tiene la potestad constituyente y legislativa, así como la atribución de elegir a los miembros de los órganos ejecutivos, judiciales y complementarios de instancia superior. Está integrada en la actualidad por 609 diputados, que representan directamente a los ciudadanos de los municipios por los que han sido postulados. Éstos no están agrupados por partidos políticos, al ser Cuba un sistema unipartidista, aunque su amplia mayoría milita en el Partido Comunista de Cuba. El parlamento cubano tiene una escasa actividad plenaria, apenas seis días por cada año. El resto del tiempo trabaja en comisiones permanentes o temporales.
Para los críticos, el Parlamento Cubano tiene tres tareas fundamentales: crear la ilusión de que en Cuba hay un Parlamento y un presidente elegidos democráticamente; la segunda, camuflar gran parte de la culpa de los problemas del país de la responsabilidad del partido Comunista, y la última y no menos importante: la de aplaudir a los Castro.
Recientemente, diferentes voces piden la realización de elecciones libres y directas. Es decir que se pueda elegir directamente el presidente sin la intermediación del Partido Comunista. Por caso, la Arquidiócesis de La Habana señaló que el país necesita elecciones directas, libres y competitivas. También lo han pedido todas las asociaciones de exiliados cubanos, y el mismo EEUU.
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