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20-09-2013
UN DETENIDO POR EL HOMICIDIO DEL CAMIONERO
La Policía detuvo a una persona que está imputada por el homicidio del camionero de Suipacha. Lo habían matado a golpes con una maza. La carátula es homicidio calificado con alevosía.
Una comisión policial se trasladó ayer a Río Negro para detener a Marcos Javier Almada, de 34 años, de General Las Heras, acusado del delito de “homicidio calificado por haber sido cometido con alevosía”, del que fuera víctima el camionero Roberto Ariel Apesteguía, en inmediaciones del acceso a la ciudad de 25 de Mayo. El transportista, oriundo de Suipacha, fue asesinado a mazazos y su cuerpo fue hallado a pocos metros de su camión.

El cuerpo sin vida de Apesteguía fue encontrado junto a su camión, un Scania con tolva, que se despistó y quedó junto a la ruta, a unos 800 metros del cruce de las vías de ferrocarril, entre Ugarte y 25 de Mayo.

Inmediatamente intervino la Policía de 25 de Mayo, quien dio intervención a la DDI Bragado y la Fiscalía de Mercedes, quienes iniciaron una investigación para determinar las causas de este crimen.
Según trascendió, por causas que se desconocen, Apezteguía habría entablado una lucha arriba del camión con una o más personas, ya que se encontró sangre por gran parte de la cabina, y luego, habría continuado afuera del transporte.

El camionero recibió innumerables golpes con una maza, que fue encontrada en las inmediaciones del lugar. La víctima presentaba muchos golpes en la cabeza y en otras partes del cuerpo.

Asimismo, los responsables de la investigación habrían encontrado un mechón de pelo canoso entre sus manos. También se determinó que la víctima dejó la ciudad de Suipacha a las 3.45, ya que habría sido captado por la cámara de seguridad en momentos en que se bajó del camión para golpear los neumáticos con un paro, y 25 minutos después, habría sido registrado su paso por la rotonda de las rutas 30 y 5, doblando en dirección a ruta 51.

De acuerdo a lo que señaló el comisario Néstor Dabi a cargo de la comisaría de Suipacha, la Policía arribó a la detención de Almada a raíz de los registros de las llamadas de su celular y por la relación que tenía el imputado con la víctima. Almada había “administrado un molino harinero en Suipacha y se fue de esa ciudad con gran cantidad de dinero”. El dato más concreto, más allá de que la investigación debe avanzar, es la localización del teléfono de Almada en el lugar, el día y la hora en la que se produjo el homicidio.
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