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03-05-2010
REAPARECIERON LAS MBARIGUI
Después de varios años sin saber de ellas, otra vez quienes quisieron disfrutar del aire libre se encontraron con las picaduras de las mosquitas Mbariguí.
Después de varios años que no se sentían, volvieron a aparecer las mosquitas Mbariguí con sus picaduras que no sólo dejan marcas. La gran cantidad de agua y las altas temperaturas son condiciones propicias para que el voraz insecto se reproduzca y comience a hacer de las suyas con la gente.

La mosquita negra o Mbarigui se desarrolla a partir de los 14 º de temperatura y tiene mejores condiciones con espejos de agua y gran humedad. A pesar de que nacen y se reproducen a orillas del agua, están en la ciudad porque el viento las trae, y después tienen un ciclo de vida que oscila entre los veinte y cuarenta días.

El ciclo biológico es el siguiente: la mosquita pone el huevo en el agua, se hace la larva con los nueve estadios hasta la adultez, el macho vive en la costa del espejo de agua y fecunda a la hembra, que necesita para terminar con su fecundación sangre humana o animal.

Además, no tiene un poder de vuelo muy importante, de más de 300 ó 400 metros, y debe volver a orillas del agua a poner sus huevos. Las larvas duran entre veinte y cuarenta días, y son tan chiquitas e insignificantes que las trae el viento.

En invierno, este jején baja un poco la reproducción porque necesita una determinada temperatura para atravesar los nueve estadios entre los huevos y la mosquita adulta.

Este insecto molesto, cuyas picaduras provocan pruritos y hasta infecciones en la piel, había desaparecido a partir de las fumigaciones. Pero después de algunos años otra vez reapareció y lo que en principio parecía una simple picadura de un insecto, llevó caer en la cuenta que otra vez las Mbariguí están de vuelta dispuestas a dejar algo más que una marca si las condiciones climáticas se lo permiten.
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