NO DEBE HABER LUGAR PARA LA VIOLENCIA
Las corridas y el enfretamiento en Mechita puso en evidencia una problemática que atenat contra aquellos que asisten a disfrutar de la fiesta.

Las imágenes que se viralizaron del carnaval de los pueblos en la localidad de Mechita no tuvieron relación alguna con la diversión que genera la expresión popular, todo lo contrario, fueron una muestra de violencia que se generalizó en un grupo que presumiblemente eran menores.
Golpes de puños, patadas, corridas, botellas por el aire, fueron una muestra de una pequeña batalla desarrollada en medio de una propuesta que convoca a la familia a disfrutar del esparcimiento.
Las versiones son muchas, desde un enfrentamiento entre dos grupos de jóvenes de ciudades vecinas, una cita previa a través de las redes sociales para instalar la pelea en medio de la noche de corso.
Lo cierto es que el hecho ocurrió, que se desató en medio de una propuesta que reunió a un gran número de gente, mucha de ella testigo directa de este escándalo, que pudo haber derivado en consecuencias graves para quienes lo protagonizaron y para quienes fueron circunstanciales espectadores.
El carnaval en Alberti está comenzando, ya tuvo su primera noche en La Candela, las dos del último fin de semana en Mechita, y para el próximo se programó en el barrio San Lorenzo.
La pregunta que surge a luz de los hechos es: será este un episodio aislado o los organizadores deberán estar alertas ante posibles desmanes, golpizas, corridas, etc. Son tiempos en los que estas conductas repudiables se van a manifestar en estos ámbitos, los que asisten a disfrutar de la fiesta están expuestos al peligro ante estas manifestaciones de violencia, algunos de los interrogantes que surgen ante lo sucedido en medio del carnaval.
Se suele decir que son muchos más los que van a los espectáculos populares a disfrutar que los que asisten con la intención de hacer desmanes, siendo que estos episodios se producen y que no son aislados, no será el tiempo de realizar acciones para que aquellos que quieren vivir una fiesta de forma tranquila no estén expuestos a estos hechos de violencia.
Si ganan los violentos, pierde la mayoría. Por eso ante lo sucedido el repudio, el llamado a la reflexión y un pedido para que se tomen las medidas pertinentes para que el carnaval sea una fiesta. Donde sólo tengan lugar aquellos que van a disfrutar que son la gran mayoría.